90% de arte contemporáneo sale de México

La mayoría de la obra de artistas como Gabriel Orozco se vende a extranjeros, según Kurimanzutto; la galería atribuye el fenómeno a la falta de mercado nacional y los pocos espacios para promoverlo.

Aunque pocos parecen advertirlo, hace mucho que el arte mexicano no se limita a los tres grandes muralistas (Orozco, Rivera y Siqueiros). La galería Kurimanzutto es uno de los núcleos alrededor de los cuales gira el nuevo arte contemporáneo de México, que desde los años 90 llama la atención del mundo.

Algunos de los participantes, alabados internacionalmente, son Gabriel Orozco, Carlos Amorales, Damián Ortega y Miguel Calderón.

“Se crea o se consolida una generación en México como hace mucho no pasaba”, dice José Kuri, quien con Mónica Manzutto creó la galería Kurimanzutto.

La galería –que abrió una nueva sede en una antigua maderería construida en 1949 y remodelada por el arquitecto Alberto Kalach– surgió con la intención de “dar rumbo y estructura y de preocuparnos porque los artistas sí puedan vivir de su trabajo.

Había que desarrollar un mercado y una salida comercial a todo ese trabajo”, dice Kuri. Manzutto agrega que otra meta “es crear colecciones o coleccionistas, trabajar con ellos para que cada colección tenga una identidad propia, definida por los intereses del coleccionista”.

Buscar una identidad para México ya no es uno de los hilos conductores de estos artistas mexicanos contemporáneos, pues, como explican los Kurimanzutto, la mexicanidad ya no está en los mismos valores que en 1930.

Sin embargo, todos los artistas invitados a participar en el proyecto de la galería deben dialogar entre ellos y presentar una visión particular del mundo, comentan los galeristas. “No tienen que ser simpáticos”, dicen Kuri y Manzutto al unísono, pero sí ayudar a entender el mundo de una forma distinta.

Esta generación sigue siendo más popular fuera de México que dentro. El 90% de las ventas de la galería Kurimanzutto es a extranjeros, el resto se vende en México. ¿Por qué? Por las mismas razones que fueron trampolín para que se creara la generación: la falta de un mercado del arte, la escasa respuesta de las instituciones y pocos espacios, incluyendo galerías, explica José Kuri.