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Lecciones de economía para San Valentín

Los matrimonios legales disminuyeron 20% en 2008 y eso afecta a la economía, plantea el articulista; la razón es que una pareja es una unidad de producción y consumo más eficiente que dos individuos.
vie 13 febrero 2009 06:00 AM
En 1971 sólo tres de cada 100 matrimonios terminaban en divorcio. Ahora son 12 de cada 100. (Archivo)
dinero en el matrimonio (Foto: Archivo)

La economía no tiene un doctor Freud ni un William Shakespeare, pero tiene mucho que decir acerca del amor. Los economistas quizá llevan una vida aburrida, aunque su disciplina tiene muchas cosas que contar sobre Cupido, San Valentín y hasta de San Antonio, ese señor al que las damas ponen de cabeza para encontrar el camino al altar.

El amor es uno de los bienes más escasos en el mundo y la economía es la ciencia que se dedica al estudio de la asignación de los bienes escasos. ¿Qué tendrían que decir los economistas en un país como México, donde cada vez hay menos matrimonios y más divorcios?

Para empezar, nos contarían que el mercado sentimental es uno de los más imperfectos que existen. Nunca falta un roto para un descosido, según el refrán.

El problema es que la información acerca de la disponibilidad de rotos y descosidos siempre está incompleta y, con frecuencia, llena de datos falsos. En cuestiones del corazón hay quienes no reconocen la existencia de bienes sustitutos. Es Julieta o la muerte, dice Romeo. Es Julieta y la muerte, decide Shakespeare. El amor no es un terreno donde exista la competencia perfecta. Cartera mata carita y gángster mata a todos. En el amor y la guerra todo se vale.

En México hay alrededor de 40 millones de personas casadas, pero el número de matrimonios va a la baja. El año pasado hubo unos 560,000 matrimonios legales, 20% menos que a principios de esta década. La disminución de matrimonios civiles va acompañada por una baja más que proporcional de las ceremonias religiosas y esto tiene un efecto económico. "Se venden mucho menos vestidos de boda que hace 15 años", me dice José Manuel Tejeda, empresario dedicado a la fabricación, importación y venta de vestidos de novia. "Hay menos fiestas y en cada fiesta se gasta menos".

"Entre las crisis y el cambio de costumbres se llevaron al baile a una cadena de negocios: vendedores de alianzas y anillos de compromiso, empresarios de banquetes y arrendadores de locales de fiestas", dice Tejeda, propietario de El Farolito, un clásico del ramo en Guadalajara.

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El matrimonio está en crisis, pero eso no significa que sea una institución carente de lógica económica. Una pareja representa una unidad de producción y consumo de riqueza más eficiente que dos individuos, lo demostró Gary Stanley Becker, premio Nobel de economía 1992 y considerado el padre de los estudios sobre economía, matrimonio y familia. Una pareja es más eficiente porque su consumo le permite generar economías de escala en cuestiones como vivienda, comida, lavandería, transporte o la renta de un cuarto de hotel.

Paul Samuelson, otro Nobel, apunta a otro aspecto: la negociación en pareja produce decisiones más racionales... ¿Más racionales?, se pregunta la nueva ola de expertos sobre economics of marriage. Theodore Bergstrom utiliza la teoría de juegos para explicar cómo hay situaciones en las cuales el matrimonio conduce a un equilibrio ineficiente.

A veces es una sociedad no cooperativa que produce harsh words and burnt toasts, afirma Bergstrom, académico de la Universidad de Michigan y una de las principales nuevas autoridades en el tema. Un matrimonio disfuncional puede generar pésimas decisiones económicas, por ejemplo cuando cada uno empieza a calcular qué le tocaría en caso de separación y, a partir de ese cálculo, toma decisiones de compra o venta que merman el patrimonio común.

El divorcio o la separación implican un descenso en la calidad de vida de los cónyuges y sus hijos, en la mayoría de los casos. Es una institución ineficiente vista con el prisma de la racionalidad económica, pero eso no impide que esté en auge. Entre más educación hay menos matrimonios y más divorcios, escribió Blanca Valadez en Milenio Semanal.

En 1971 sólo tres de cada 100 matrimonios terminaban en divorcio. Ahora son 12 de cada 100. Hay enormes diferencias: Oaxaca y Tlaxcala tienen tasas menores a cuatro de cada 100, mientras que Baja California llega a 30%.

Amor, matrimonio, divorcio son temas eternos. La economía no tiene su Shakespeare, pero cada vez tiene más que contar.

Luis Miguel González es director editorial de Público Milenio / Guadalajara.

Comentarios: opinion@expansion.com.mx

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