Alfonso Miranda recuerda una imagen que vio a los tres años: era "El pensador", de Augusto Rodin; su madre lo llevó a verlo al museo del Palacio de Bellas Artes.
Creció, estudió Historia y montó una empresa que organizaba paseos culturales.
Una mañana, en un paseo por el
, criticó la forma como estaban dispuestas algunas obras de Rodin. Una curadora lo escuchó y le dejó una tarjeta pidiéndole una cita, le ofreció trabajo como curador y él aceptó.Desde hace tres años es el director del museo y tiene a su cargo 64,000 piezas, una de las mayores colecciones privadas del mundo.