El ´Paisano plus´
Bienvenido Paisano es un programa diseñado para evitar la extorsión de los mexicanos que regresan. Expresa, en su código burocrático y de un modo barroco, la complicada relación que tenemos con los paisanos que viven en EU cuando regresan a casa.
Nos reímos de la forma en que se expresan. Los queremos. Los odiamos. Los necesitamos. Los negamos. Los atendemos. Los exprimimos. Los extorsionamos. Los extrañamos.
Complicada era esta relación, cuando las cosas estaban bien en la economía de EU. Complicadísima será en esos días nublados que nos esperan.
En el aire está la urgencia de implementar una especie de Bienvenido Paisano Plus. No estaría dedicado a atender a quienes vienen de vacaciones el puente Guadalupe-Reyes. El reto es ofrecer respuestas a todos los que vengan de regreso, exiliados de la crisis de la mayor economía del mundo.
Se desconoce el número de personas que regresarán. Parece increíble pero los pronósticos de los expertos se mueven en un rango que va de menos de 100,000 hasta tres millones. Ese desconocimiento se suma a otras ignorancias y produce nerviosismo. Hablamos del regreso de los migrantes como si fuéramos ciudadanos romanos esperando a los bárbaros.
Vendrán a desequilibrar un mercado laboral donde ya hay más de dos millones de desempleados. Demandarán servicios públicos en las zonas más pobres del país. Traerán otras costumbres. Implicarán riesgos de enfermedades. Agravarán la situación de inseguridad pública etcétera.
Los años más malos nos vuelven más ciegos, dice el ensayista español Rafael Sánchez Ferlosio. Los años ciegos nos vuelvan más malos, concluye.
El temor al regreso de los paisanos está lleno de ceguera, de maldad y de ignorancia. Los que vuelven no son una carga, aportan capital humano, social y financiero, según el informe 2008 sobre la migración de la OCDE.
Los cientos, miles o millones de paisanos que regresarán traerán educación y capacidades laborales que favorecerán la innovación en algunos procesos de producción. Estarán aquí para dar nueva vida a pueblos que se volvieron fantasmas.
Aportarán también la red de relaciones sociales que construyeron en sus años de estancia en el extranjero. Algunos de ellos traerán dinero y afán de emprender un negocio.
En EU hay 2.54 millones de negocios propiedad de hispanos y generan un volumen de negocio de 328,790 mdd anuales. Prácticamente 60% de ellos son de origen mexicano. Allá encontraron las condiciones para desarrollar un potencial que aquí no era siempre evidente.
La vuelta de los que se fueron es una oportunidad. Nos ofrece la posibilidad de recuperar una parte del bono demográfico que hemos transferido en dos décadas de éxodo.
Entre 1991 y 1997 se fueron a EU casi 1.95 millones de mexicanos. Entre 1998 y 2006, la cifra pasó de cuatro millones, un poco más de medio millón de personas por año.
Durante tres lustros exportamos algunos de nuestros mejores talentos. A cambio recibimos miles de millones de dólares en divisas.
La economía de las remesas puede parecer un buen negocio, pero no lo es. Los mexicanos envían sólo entre 9 y 10% de lo que ganan.
Los 23,979 mdd de ingresos por remesas de México en 2007 son una pequeña rebanada de los 260,000 mdd que los paisanos ganaron y gastaron en EU.
Este retorno es forzado, algunos autores lo llaman autodeportación. EU dejó de ofrecer condiciones propicias y obliga a emprender el camino de vuelta. El regreso no es el fin del ciclo de la migración, sino el principio de un nuevo ciclo de reintegración social, política y económica, dice Talia Ghanem, experta en migración de la Universidad de Oxford.
Adiós, California, ya me voy de aquí, canta un músico en un reportaje reciente de CNN. El regreso de los paisanos es inminente, lo advierten los consulados mexicanos. No hay cifras oficiales porque aquí nadie se preocupa de contarlos.
¿Cuánta hospitalidad, solidaridad y generosidad encontrarán en México?, ¿qué políticas públicas los recibirán?.
El autor es columnista de Milenio diario
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