La gota que derramó el vaso fue el 13 de enero pasado. Ese martes, Rodolfo Vázquez, director de la planta Lear Río Bravo, fue secuestrado en Ciudad Juárez mientras se trasladaba de la empresa a su domicilio en El Paso, Texas. Los plagiarios pidieron 1.5 MDD por su rescate. Seis días después, el ejecutivo fue liberado en un operativo militar. La inseguridad era incontenible. La prensa local reportaba que 150 altos ejecutivos fueron extorsionados bajo amenazas de secuestro en el último año.
Las policías municipal, estatal y federal y el Ejército se unieron y establecieron a partir de febrero un ‘corredor de seguridad’. El operativo incluye una sobre vigilancia de las rutas que van desde los puentes internacionales a los 17 parques industriales de la ciudad. Entre 15 y 20 kilómetros son vigilados a diario por más de 300 agentes de los tres niveles. “Si antes había una patrulla, ahora hay cuatro, además del Ejército”, dice Jaime Torres, vocero del ayuntamiento.
Jorge Pedroza, director ejecutivo de la Asociación de Maquiladoras de Ciudad Juárez (AMAC), comenta que en la última semana de marzo se recabaron 1,850 firmas que corresponden al número de visitas que realizaron policías a las empresas.
En el interior de las maquiladoras se han instalado botones de pánico, que al apretarlos se conectan con la central de policía. Las empresas pagan al ayuntamiento 1,000 pesos por su instalación.
Esta industria representa alrededor de 60% de la economía de Ciudad Juárez y es la principal generadora de empleos para la población.
El Paso Economic Development Corporation estima que entre 3,400 y 5,000 gerentes estadounidenses viven en El Paso y cruzan diariamente para trabajar en las plantas de Juárez.
“Ha sido una buena medida para garantizar seguridad a las personas que tienen inquietud por su traslado”, dice Manuel Ochoa, vicepresidente para Desarrollo Binacional de esa agencia.
‘El corredor de seguridad’ permanecerá por tiempo indefinido con el objetivo de garantizar la seguridad al 100% de los gerentes y trabajadores de las maquiladoras, añade Jaime Torres.