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CFE abre sus puertas a triple play

La Comisión Federal de Electricidad inaugura este martes su red de 21,000 km de fibra óptica; las tarifas de la paraestatal son hasta 40% más económicas que las de Telmex, según la Cofetel.
mar 19 mayo 2009 09:05 AM
Las televisoras mexicanas, Televisa y TV Azteca, se convierten en empresas de telecomunicaciones para así obtener más ingresos y abarcar otros mercados. (Foto: Archivo)
Television (Foto: Archivo)

La electricidad viaja en países como Ghana, Argentina o Corea acompañada de millones de bites que permiten que circulen partidas de videojuegos, la serie 24, datos bancarios o llamadas telefónicas.

En México, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) empezó en 2006 un tímido programa para dedicarse a estos negocios. Ahora tiene la joya de la corona del sector de las telecomunicaciones: una red de fibra óptica de 21,000 kilómetros que instaló paralela a su red eléctrica, que en su mayor parte está sin utilizar. Hoy, sólo Telmex tiene algo semejante. Y, según sus críticos, esta posición le permite cobrar caro el peaje por sus líneas.

Especialistas del sector, organismos multilaterales, empresas de telecomunicaciones y compañías de cable urgen desde hace años al gobierno a que esta infraestructura se abra a la industria privada.

La iniciativa de que la red de la CFE permita el ingreso a empresas de cable y telefónicas está en marcha en reuniones periódicas que desde hace meses tienen representantes de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la CFE. “Entendemos la transcendencia del tema”, afirma Gabriela Hernández, subsecretaria de Telecomunicaciones.

El mayor obstáculo es la misma paraestatal. Alfredo Elías, el director general, ha reiterado que abrir la fibra óptica de su empresa pondría en riesgo la seguridad nacional al dar acceso a terceros actores a la principal proveedora de electricidad de México.

Varias firmas afiliadas a la Cámara Nacional de la Industria de las Telecomunicaciones por Cable (Canitec), como Cablevisión –propiedad de Televisa–, quieren usar la fibra óptica de esta red para ofrecer servicios integrados de telefonía, conexión a internet y televisión restringida, lo que llaman servicios de triple play. Quieren ahorrarse así las altas tarifas que, según se quejan, les cobra Telmex, amo de las redes troncales de datos. Su apuesta es rentar de alguna manera esta red a la CFE para ampliar su infraestructura y así abaratar sus costos.

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Más competencia, mejores tarifas
En México hay 165,000 kilómetros de fibra óptica, de las cuales, dos terceras partes son de Telmex. La mayor parte se concentra en el llamado triángulo de cristal, cuyas aristas están en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.

Un análisis de la Comisión Federal de Competencia (CFE) reveló en julio pasado que la red de Telmex era la única en 48 de las 121 principales localidades del país. Eso se refleja en su renta.

“El precio de conexión por megabit de datos para un carrier (el operador de telefonía) en EU es de 5 dólares. “En los lugares donde sólo hay fibra de Telmex, el costo es de 450 dólares por megabit. Donde hay competencia el precio baja hasta 200 dólares, o hasta 40, como en Guadalajara”, dice Enrique Yamuni, director de Megacable, la cablera más grande del país en número de suscriptores.

El alto costo se traslada al usuario. Telmex tiene experiencias fuera de México: en Colombia ofrece un acceso dos veces más rápido que en México por casi el mismo precio. En Brasil da una conexión seis veces más rápida y 20% más cara.

Otro costo menos evidente es el social. La competencia aumentaría la velocidad de transmisión de datos, lo que habilita servicios sociales a distancia en zonas rurales, como la banca móvil. Esto sería muy útil para dar microcréditos o para la recepción de remesas. “Sin banda ancha esto no es posible”, explica Judith Mariscal, directora del programa CIDE Telecom.

Taylor Reynolds, economista de la OCDE, afirma que los operadores de telecomunicaciones necesitan alcanzar todo el país vía fibra óptica. “Aquí es donde entra la red de CFE”.

La convergencia múltiple
La convergencia a futuro va mucho más allá de lo digital. Un cable llamado ‘de guarda’ hace las funciones de pararrayos del tendido eléctrico y sigue toda la red. Hace aproximadamente cuatro años, a alguien en la CFE se le ocurrió cambiar ese cable por uno que tiene fibra óptica para conectar centros de consumo y producción de electricidad y así monitorear las cargas de energía, explica Enrique Melrose, académico de Telecomunicaciones en el ITAM y consultor de la CFE.

La paraestatal gastó 75 millones de dólares (mdd) en colocar la fibra. Hoy, 96% de esa red, que nació por cuestiones de seguridad, tiene un mínimo de 12 cables que pueden rentarse a terceros y multiplicar la conectividad del país.

El monitoreo del sistema eléctrico de la CFE sólo ocupa un par de cables. Otro par se destina a explotar la concesión que tiene desde 2006 para operar y explotar una red pública de telecomunicaciones.

Esta red en la que la CFE transporta datos para clientes como Pemex o Axtel, se llama en la jerga de la industria ‘red iluminada’. El resto de los pares se mantiene sin usar y se denomina ‘fibra oscura’.

Este último es el platillo que la industria se saborea y por el cual presiona al gobierno para que permita que empresas privadas ‘iluminen’ ese espacio de la red de CFE y la industria tenga una nueva alternativa. La CFE mantiene el control sobre la fibra y no ha iluminado más que una parte marginal.

“Nosotros somos el comprador de ancho de banda más grande después de Telmex; CFE en su vida ha tocado una puerta para vender sus servicios”, dice Yamuni.

La tarifa que pagan las empresas que usan la red de CFE es 40% menor a la que ofrece la empresa de Carlos Slim, según información de la Cofetel. Pero esta diferencia se hace más amplia por los cargos variables que realiza Telmex (la compañía declinó la petición de entrevista de Expansión).

Por otro lado está el tema de entregar al mercado un bien creado con recursos públicos. “Si esta red se pusiera al servicio del público, algunas fuerzas políticas podrían decir que se construyó una línea con dinero del pueblo”, señala Melrose.

La CFE dice que, junto a la SCT, analiza los aspectos técnicos para ofrecer esta red. “Siempre y cuando se permita salvaguardar el sistema eléctrico nacional, la función que tenemos que desempeñar por mandato de ley”, dice Estéfano Conde, vocero de la CFE.

El consenso es: si la fibra oscura se pone a disposición del sector privado se modificarían positivamente las condiciones de competencia en telecomunicaciones. “Creas una competencia local a menor precio”, apunta Mariscal, del CIDE.

La paradoja es que CFE es una empresa con pérdidas, pero se resiste a ampliar sus ingresos de telecomunicaciones. En los últimos dos años tuvo números rojos por 27,000 millones de pesos (mdp). Entrar a un mercado que vale 4,800 mdp podría ayudarle a compensar parte de sus crecientes pérdidas. Alestra, por ejemplo, obtiene 100 mdd al año con una red menor a la de CFE, según Yamuni.

Un estudio contratado por la SCT para analizar si existe un problema de seguridad nacional por el hecho de que los cables de la CFE viajen junto a los de una empresa de telecomunicaciones reveló que, aunque las fibras estén en el mismo tubo, no afectan la operación, afirma Hernández.

De un tajo
La decisión de abrir esta red a particulares recae en el gobierno federal. Durante su asistencia a la reciente reunión de la Organización de Estados Americanos en Trinidad y Tobago, la secretaria de Energía, Georgina Kessel, confirmó que la SCT y la CFE platican sobre el tema. Lo que aún discuten son los cómos.

Hernández, de la SCT, no dio una fecha precisa para una decisión, pero un equipo de cuatro personas, incluida la funcionaria, sostiene pláticas dos o tres veces al mes con Rodolfo Nieblas, director de Modernización y Cambio Estructural de la CFE.

La CFE advierte que hay un riesgo de abrir su red a particulares, pues implicaría acceso de personal ajeno a instalaciones como las centrales transformadoras. Armando Chacón, director de Infraestructura en el IMCO, un think tank sobre competitividad, dice que hay razones válidas de seguridad nacional, pero que éstas son “solventables”.

La misma compañía ya aplica una solución: para ofrecer su fibra iluminada CFETelecom coloca ‘hoteles’ fuera de sus instalaciones, como se conoce a los equipos donde se pueden conectar los operadores a la red. Actualmente ya funcionan nueve dedicados a su servicio de transporte de datos.

La voluntad política
Durante 2009, la Comisión Federal de Competencia abrirá paso a la Cofetel para fijar límites a Telmex en este mercado. Son mecanismos tarifarios para asegurar un acceso a costo razonable a sus redes de fibra óptica. Ya hay pláticas entre la Secretaría de Hacienda y la CFE para determinar el esquema de precios para salir al mercado, pero no hay fecha de definición pues el proceso no será sencillo. Cada uno velará por sus intereses, dice Mariscal.

“Esto requiere voluntad política porque CFE podría convertirse en jugador incómodo para Telmex y para Televisa, propietaria de Bestel, otra empresa de telecomunicaciones”, vaticina Melrose.

Yamuni acusa un asunto aún más personal: “¿Por qué creo que se protege a una compañía como Telmex? Porque Alfredo Elías Ayub, director de la CFE, es hermano de Arturo Elías Ayub, yerno de Carlos Slim”. Los analistas consultados desestiman este argumento. Dicen que el problema es la seguridad nacional, pero que puede y debe resolverse.

Telmex ha respondido a los señalamientos de sus tarifas por medio de comunicados de prensa. En uno del 15 de diciembre señaló que el precio de su renta en conexión ADSL de 1 megabit era de 22.13 dólares mensuales, menor a países como EU (25.16 dólares), España (44.53 dólares) y la OCDE (30.33 dólares).

La apertura de la red oscura al sector privado no será suficiente para darle dinamismo al sector. Según Mariscal, “otras dos cosas necesitan ocurrir: reformar las tarifas de interconexión y desagregar el bucle local (permitir que otras empresas usen la infraestructura de Telmex, pagando una renta)”.

Para Alejandro Puente, presidente de la Canitec, “los verdaderos riesgos para la gobernabilidad del país están en no confrontar al jugador dominante del sector. Es un asunto de seguridad nacional”.

El futuro es claro si se mira a otros países. En el norte de Europa, las compañías eléctricas fungen como operadoras de telecomunicaciones. Esta experiencia se ha replicado en naciones tan diferentes como Corea, Argentina o Ghana. Si la CFE ya ofrece un par de cables de su red, es cuestión de tiempo que abra el resto.

LAS RUTAS DE LA FIBRA

En palabras de Gabriela Hernández, subsecretaria de la SCT, las
opciones que analiza su Secretaría para aprovechar la red de la CFE
son:

Fibra iluminada: la CFE cuenta con una concesión para proveer servicios de telecomunicaciones con su fibra óptica que ya está iluminada, lo que permitiría la entrada de operadores pequeños con precios más accesibles. Esta opción no requeriría un cambio en el título de concesión.

Fibra oscura: las empresas de telecomunicaciones rentan la fibra a otras compañías, pero no incluye el equipo para iluminarla. Esta opción permitiría que otros operadores, además de la CFE y Telmex, iluminen la fibra con la calidad y la capacidad que cada empresa necesita. La SCT analiza otro mecanismo legal para que no haya cambio en el título de concesión y no prevé comprar la red para licitarla.

Fibra mixta: ambas modalidades son muy benéficas para el sector, sin embargo, también pueden convivir, pues una no excluye a la otra. La primera ya está dada y la segunda está siendo analizada.

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