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¿El fin de la crisis?

Bernardo Paasche opina sobre el aparente fin de la crisis que indican los movimientos de la BMV; el director de MD Advisors analiza si será sólo un espejismo o pronto regresaremos a la normalidad.
sáb 11 julio 2009 06:00 AM
El autor argumenta que los mercados pasaron de una aversión al riesgo a una estampida por colocar. (Foto: Especial)
Fin de la crisis cuestionada (Foto: Especial)

A juzgar por los movimientos de las bolsas alrededor del mundo, pareciera que la crisis ya terminó y que los mercados financieros pasaron de una extrema aversión al riesgo a una estampida por colocar en las bolsas el efectivo que tenían dormido en inversiones prácticamente a tasa cero.

Esta oleada de inversiones ha generado retornos extraordinarios en muy corto plazo en las bolsas de casi todos los países. Por ejemplo, del 1 de marzo al 1 de junio de este año, los índices de los mercados de valores generaron retornos de 50% en Brasil, 48% en México, 35% en Estados Unidos, 72% en India y 116% en Rusia, y eso sin tomar en cuenta la apreciación de sus respectivas monedas. De anualizar estos retornos, hablaríamos de tasas anuales de 700% para Rusia.

Esto que vemos en las bolsas, ¿podría indicar que ya pasó lo peor de la crisis? Las bolsas parecen decir que la crisis está por terminar y que pronto veremos un regreso a la normalidad. ¿Será cierto?

Antes de que se declarara la crisis, el sistema de comercio internacional descansaba, en gran medida, en la manufactura de productos básicos que los países emergentes exportaban a las naciones desarrolladas y, directa o indirectamente, los países emergentes le prestaban a los desarrollados para que siguieran importando sus productos. Era una especie de crédito de proveedores.

El resultado fue un sobreendeudamiento del consumidor estadounidense financiado con ahorro de los consumidores de los países emergentes. Es decir, los pobres prestaban a los ricos para que éstos pudieran seguir consumiendo y los pobres pudieran seguir generando empleos en su país.

China, por ejemplo, necesitaba urgentemente generar empleos para mantener la estabilidad social por lo que también se beneficiaba de este sistema. A partir de la crisis se ha visto, a través de los datos macroeconómicos, que los consumidores en EU están aumentando su tasa de ahorro.

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Ante esto, los países emergentes tendrán que estimular el consumo interno y los desarrollados, impulsar el ahorro para corregir los desajustes macroeconómicos que resultaron de este escenario. Y esto va para largo.

Por otro lado, es indiscutible que los gobiernos, y en particular el de EU, han intervenido en la economía como nunca antes, y esto tendrá repercusiones duraderas. Por ejemplo, para que EU pueda mantener su alto ritmo de emisión de deuda es indispensable mantener la credibilidad de su banco central para combatir la inflación, pues los gobiernos siempre tienen la tentación de pagar la deuda monetizándola, es decir, emitiendo billetes. Esto suele ser políticamente más rentable que aumentar impuestos para pagar la deuda.

Bajo el escenario actual, es posible que el acelerado incremento que registra el déficit fiscal en EU provoque en el gobierno estadounidense una gran tentación de pagar la deuda con inflación. Más aún, cuando al generar inflación el costo de la deuda se reparte entre muchos países. Los tenedores de deuda estadounidense repartidos en todo el mundo, no se quedarán con los brazos cruzados ante este escenario, lo cual puede tener importantes repercusiones tanto en el valor del dólar como en las tasas de largo plazo.

Por ejemplo, China uno de los grandes tenedores de deuda, está pidiendo que EU se comprometa a salvaguardar el valor de sus bonos y ha comenzado a diversificar sus reservas internacionales al invertir más en oro y en otras monedas. Al mismo tiempo, promueve que sus empresas paraestatales inviertan directamente en compañías extranjeras. Ante esto, ¿podría registrarse en el futuro una corrida del dólar como la que vivimos en contra del peso en 1995?, no es totalmente descartable. De pasar esto, sería muy difícil medir las consecuencias de un evento como ése.

En conclusión, a pesar de que varios indicadores macroeconómicos comienzan a mostrar que el deterioro de la economía de EU se está frenando, todavía hay mucha incertidumbre sobre el futuro. Imprimir dinero e inyectar liquidez en la economía es la parte fácil, lo difícil es predecir el impacto que tendrán en la economía los ajustes futuros.

El autor es director de MD Advisors, asesores en inversiones de capital.
Comentarios: opinion@expansion.com.mx

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