El incremento en el precio de los fertilizantes de 300% en los últimos cinco años no es un evento negativo para todos.
A Marcel Morales le ayudó para impulsar la venta de biofertilizantes y hacer crecer su empresa, Biofabrica Siglo XXI, a un ritmo de 50% anual. Sus ventas suman 24 millones de pesos al año.
Su historia como empresario inicia al descubrir que el Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM había desarrollado la aplicación de la bacteria azospirillum brasilense como biofertilizante.
En 2003, Morales compró la licencia de la tecnología que no había sido aprovechada comercialmente. "El gran mérito es sacarla del laboratorio y llevarla al mercado", dice Rodrigo Villar, director general de la aceleradora de negocios New Ventures.
Además de que no contamina, el biofertilizante de Morales es 14 veces más barato que un producto químico.
En seis años este producto ha sido aplicado en 700,000 hectáreas de 20 estados. Por 250 pesos, un paquete de biofertilizante de 1,380 gramos puede fertilizar una hectárea de maíz.
Si se aplicara un producto químico se requerirían 500 kilogramos que implicarían un gasto de por lo menos 3,500 pesos.
Biofabrica produce 200,000 dosis en su planta de Cuautla, Morelos. La meta es elevar esa cifra a dos millones para 2014.