es director de orquesta y con su batuta en la mano tiene la clave para que cualquier CEO se convierta en un verdadero líder.
El secreto con el que el director del ensamble de los Países Bajos Nederlandse Nieuwe Muziek Groep ha conquistado al público fue reconocer que,
“Para mi orquesta, soy el espejo que les muestra el brillo que cada uno tiene. En mi imagen se reflejan sus logros, aptitudes y lo que falta por hacer. Así se entiende el éxito compartido y todos se sienten importantes”, asegura.
Ambos intentan encontrar la ruta para guiar personas hacia un objetivo común.
En las empresas se busca rentabilidad y en la música, perfección de las armonías.
“Los miembros de una orquesta conforman un equipo que no se rige por un organigrama vertical, sino por un modelo horizontal en el que todos tienen la misma importancia. El director es el administrador de las energías”, señala el único director seleccionado dos veces para el legendario Festival de Lucerna.
El resultado de esta estructura, añade, es hacer sentir a cada miembro como parte de un éxito compartido, en el que todos se sienten valiosos. Pero, en ocasiones, los artistas desafinan por destacar de manera individual.
“Lo que yo hago es ayudar a que
. Así toma conciencia de sus capacidades y entiende que la orquesta no podría lograr una obra maestra sin él”, finaliza Salmon del Real.