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Aprende a decirle ‘no’ a tu jefe

Trabajar extra por quedar bien y ganar más dinero puede generar enfermedades y un círculo vicioso; la autoestima es importante para valorarse y lograr un equilibrio entre trabajo y vida personal.
jue 27 mayo 2010 06:00 AM
El manejo de las emociones ayuda a crear un ambiente laboral adecuado. (Foto: Jupiter Images)
estres (Foto: Jupiter Images)

Trabajar de más podría ser contraproducente y dañar sus ingresos. El empleado que dice que sí a todo lo que le encarga su jefe de seguro tendrá jornadas laborales más largas , pero, muy probablemente, puede llegar a contar con menos ingresos.

El primer requisito para lograr un mejor ingreso es valorarse. Quien no se valora tiene una idea inconsciente de que no merece ganar dinero y, normalmente, se pone en situaciones en las que acaba perdiendo”, dice Jorge Llaguno Sañudo, profesor de Factor Humano en el IPADE.

Las situaciones a las que se refiere el experto son: aceptar más trabajo del que se puede realizar sin sacrificar la vida personal, o aguantar a un jefe que presiona con más carga laboral y cada vez menos compensación. Pero ¿quién no ha hecho esto en los últimos años de crisis en los cuales desaparecieron compañeros de trabajo y prestaciones?

El estrés laboral afecta la productividad y la salud física y mental de los trabajadores, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT); y puede generar pérdidas de entre 0.5 y 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB) en cada país.

Con los recortes de puestos de trabajo, los empleados sienten una mayor inseguridad que los lleva a aceptar cargas extras de trabajo y horarios más largos. El efecto puede ser catastrófico. Se desequilibra el tiempo con la familia, y el estrés puede tener efectos fisiológicos , explica Óscar Galicia, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana.

Algunas enfermedades en las que se puede recaer: infartos, hipertensión, colitis, gastritis, hernias, ataques de pánico o adicciones. Un infarto en un hombre de 50 años puede costar 2.5 millones de pesos, un padecimiento de gastritis que se complica en un hombre de 30 años puede costar hasta 500,000 pesos.

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El miedo al ‘capitalismo caníbal’, dice Galicia, en el que cualquiera puede ser sustituido con facilidad, lleva a que el empleado sienta que no puede negociar, por lo que sacrifica el equilibrio entre su vida personal y la laboral . No tener actividades alternas al trabajo por falta de tiempo debilita al empleado, baja su productividad y afecta su autoestima. 

“Quien no se valora no exige aumentos, no sabe negociar mejores prestaciones y acaba trabajando más y ganando menos”, dice Llaguno. Es la entrada a un círculo vicioso.

El regreso al círculo virtuoso

La autoestima se refleja en el salario y la calidad de vida de un trabajador. Según un estudio de la Universidad de Florida conducido por el profesor Timothy Judge, las personas con una alta opinión de sí mismas en la adolescencia y en la adultez temprana, al llegar a una edad media logran mayores salarios que sus compañeros con menor confianza.

A la hora de valorarse hay que mantener el equilibrio, explica Galicia. Demasiada autoestima no lleva al éxito , advierte. Hay que aceptar lo que se es para evaluar las situaciones y tomar las decisiones más acertadas.

Tampoco se trata de rechazar cualquier trabajo extra, algo necesario cuando llegan los recortes a la empresa. Eso no quiere decir que su salario no vaya a crecer en el futuro como si hubiera negociado un balance en la vida laboral y en la vida personal. Un periodo en el que se acepte más trabajo no lo hundirá en un pantano sin salida . Todo es una negociación que parte de la autoconciencia.

La autoconciencia es reconocer de qué es uno capaz y qué limitaciones se tienen; esto implica tomar en consideración desde la edad que se tiene hasta las necesidades familiares, los logros que se han obtenido, los aprendizajes y los errores. La autoconciencia lleva a la valoración, dice Llaguno, que a su vez conduce a la autoestima balanceada y al control de los comportamientos.

“Donde está tu tiempo están tus valores”, señala Karla Bayly, coach profesional de finanzas personales. La primera pregunta que se debe plantear es: ¿qué es lo más importante para mí? Hay que analizar qué da satisfacción fuera del trabajo y si se está dedicando suficiente tiempo a esto. Si no, entonces hay que balancear las prioridades y regresar al camino correcto para llegar a la meta deseada.

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