100 Empresarios más importantes de Méx
¿Qué premia el mercado? Quien tenga una respuesta confiable y fidedigna, que levante la mano. Quizá sería más fácil plantearse qué es lo que no premia: ineficiencia, escasa rentabilidad y planes incongruentes (o nulos) de crecimiento. Y, evidentemente, la deuda excesiva seguirá siendo el fantasma más difícil de disipar para quienes pretenden que los inversionistas se peleen por las acciones de la empresa. ¿Alguna duda al respecto? Sólo hay que preguntar a los constructores mexicanos: con la notable excepción de los “vivendólogos” (Ara, Geo, Dermet, Hogar), los industriales del ramo se fueron a pique en su valor de mercado en 1999. Con respecto a un año antes, Grupo ICA cayó 27%; Tribasa, 54%; Bufete Industrial, 62%. Incluso, José Mendoza Fernández, presidente de este último grupo, estuvo muy cerca de salir de la lista de Los 100 empresarios más importantes de México.
- Las demás caídas fueron menos pronunciadas y, definitivamente, escasas: Roberto González Barrera y su Grupo Maseca, Alberto Baillères y Peñoles, Fernando Senderos y Desc, Miguel A. Fernández y Argos, Jaime Benavides y su empresa homónima, Tomás González Sada y Cydsa, José Antonio Rivero Larrea y Cía Minera Autlán, Manuel Albarrán y Jugos Del Valle. Y hasta aquí las malas noticias, porque el resto fue una fiesta. El valor de mercado de Los 100 promedió un incremento de 73% de un año a otro, al pasar de $816,284 millones de pesos a $1.42 billones.
- ¿Quiénes fueron los multiplicadores de valor? Usted ya está acostumbrado a estos nombres: Carlos Slim Helú (Telmex, Grupo Carso), Emilio Azcárraga Jean (Televisa), Lorenzo Zambrano (Cemex), Alejandro Soberón Kuri (CIE), Miguel Rincón Arredondo (Grupo Industrial Durango), Guillermo Salinas Pliego (Grupo Dataflux) y José Carral (Tekchem), por mencionar sólo a quienes duplicaron o más el valor de sus compañías.
- Por donde se le vea, Slim sigue siendo el rey. Basta ver el ranking –que comienza en la página 51– para corroborarlo. Los tres grandes grupos que comanda (Telmex, Grupo Carso y Grupo Financiero Inbursa) emplean a 118,000 personas. Eugenio Garza Lagüera (Femsa y Bancomer) es el segundo, con 63,600. Dicho de otro modo: la mitad del primero. En términos de valor de capitalización en el mercado, indicador clave en la confección del listado de Los 100, Slim se encuentra casi cinco veces arriba del segundo lugar, que es Azcárraga. En activos, si se excluye a los grandes grupos bancarios (Banamex y Bancomer), Slim también queda a la cabeza. En ventas, la historia es la misma: el hombre fuerte de los negocios en México está en la cima.
- Los archivos privados
Contra la tendencia en los países más desarrollados, en México aún prevalecen grandes consorcios de capital privado y estricta conducción familiar. Si bien durante la década de los 90 se inscribieron en el mercado de valores varios titanes, un número importante mantiene sus cifras en caja fuerte y difícilmente comparten algún número que refleje su desempeño. Ahí están los casos –eternos– de Isaac Saba (KoSa), Olegario Vázquez Raña (Grupo Ángeles), Guillermo Zambrano (Grupo Proeza), Humberto Lobo Morales (Protexa), Eugenio López Rodea (Jumex y La Costeña), Abelardo Garciarce (Consorcio Aga), Juan Diego Gutiérrez Cortina (Gutsa), Joaquín Vargas (MVS), Alfredo Achar (Comex), Elmer Franco Macías (Infra) y Roberto García Navarro (Grupo Canel’s). En los tres últimos casos, de hecho, no se logró obtener estimaciones confiables de capital, por lo que quedaron fuera de Los 100.
- Otros, a pesar de no cotizar como empresa pública, muestran una creciente apertura a los medios. Destacan los casos de Carlos Peralta (Grupo IUSA e Iusacell), Julio César Villarreal (Grupo Villacero), Juan Bosco Maldonado (Copamex), Luis Berrondo (Mabe), Ignacio Aranguren (Arancia) y Adrián Aguirre (Maxcom). Todos ellos colaboraron directamente para el acopio de datos en este informe.
- De este modo, en el listado de Los 100 son todos los que están, pero no están todos los que son. Sin embargo, con las excepciones mencionadas, el reporte refleja de manera fidedigna el tamaño y la importancia de los principales empresarios del país, con cifras hasta el 31 de diciembre de 1999. Por tanto, lo que haya ocurrido después de esa fecha en términos de fusiones o adquisiciones, no está reflejado en el listado.
- El centralismo vivo
El listado de Los 100 retrata perfectamente el centralismo que padece México (ver cuadro). De estos hombres de negocios 56% se encuentra en la Ciudad de México y su zona metropolitana. La siguiente ubicación preferida es Monterrey, donde se ubica 18%. Y, atención, el estado de Chihuahua (6%) ya se encuentra muy cerca de arrebatar el tercer lugar a Jalisco (7%), entidad que se ha distinguido por el adormecimiento de sus principales empresarios.
- A continuación vienen Coahuila (3%), Guanajuato (2%) y Sinaloa (2%), seguidos por Durango, Puebla, Tamaulipas, Estado de México (los municipios conurbados al Distrito Federal se consideraron dentro de la Ciudad de México), Veracruz y Yucatán, todos ellos con un representante. El resto del país no tiene presencia en este grupo.
- Preocupante. Sin la capacidad de crear riqueza, empleos y arraigo en otras zonas del país, Los 100 –que sin duda son la locomotora del crecimiento económico– seguirá siendo un grupo de unas cuantas regiones geográficas. ¿Dónde están los grandes empresarios de Baja California, de Sonora, de Aguascalientes, de Querétaro, de San Luis Potosí, de Morelos, de Tabasco, de Quintana Roo…? Quién sabe.
- A fin de cuentas, detrás de estos hombres existen empresas vivas que emplean a miles de personas, pagan impuestos, invierten y adquieren insumos a escalas masivas, por lo que tienen un peso muy relevante en el desarrollo nacional. Reconocidos algunos, polémicos otros, Los 100 son los hombres más poderosos de la economía mexicana.
- Relevos generacionales
Si bien el proceso de industrialización en México es bastante joven, sobre todo si se compara con economías más desarrolladas, la mayor parte de Los 100 es miembro de la segunda generación al frente de una empresa e, incluso, ya hay varios casos de tercera generación.
- Decanos, o patriarcas, restan muy pocos, y a decir verdad están al frente de negocios añejos que adquirieron en el camino. Los casos más relevantes son los de Carlos Slim Helú, Claudio X. González Laporte, Alfonso Romo Garza, Isaac Saba Raffoull, Enrique Molina Sobrino, Olegario Vázquez Raña, etcétera. Sin embargo, aún brillan algunos nombres de empresarios que incluso bautizaron sus negocios y colocaron primeras piedras: Ángel Losada Gómez, con Gigante; Carlos González Nova, con Comercial Mexicana; Roberto González Barrera, con Grupo Maseca; Enrique Robinson Bours, con Bachoco; Antonio Madero Bracho, con Sanluis Corporación; Óscar Almeida, con Interceramic y Joaquín Vargas Gómez, con MVS. Y hasta ahí.
- En realidad, la mayoría de Los 100 son dignos representantes de la segunda generación en los negocios familiares, quienes promovieron –por voluntad o por necesidad– la institucionalización de las compañías: Valentín Díez Morodo (Modelo), Lorenzo Zambrano Treviño (Cemex), Eugenio Garza Lagüera (Femsa), Daniel Servitje Montull (Bimbo), Germán Larrea (Grupo México), Ricardo Martín Bringas (Soriana), Alberto Baillères (Peñoles, El Palacio de Hierro), Ricardo Salinas Pliego (Grupo Elektra), Fernando Senderos Mestre (Desc), Isidro López del Bosque (Grupo Industrial Saltillo), Adrián Sada González (Vitro), Antonio Chedraui (Grupo Chedraui), Bernardo Quintana Isaac (Grupo ICA), Gastón Azcárraga Andrade (Grupo Posadas), Juan Diego Gutiérrez Cortina (Gutsa), Eloy S. Vallina Lagüera (Accel). En fin. Son los más.
- ¿Terceras generaciones? La estrella es Emilio Azcárraga Jean, de Televisa, quien debió tomar las riendas de la compañía tras la enfermedad letal de su padre, el celebérrimo “Tigre”. Es el tercer Emilio Azcárraga al frente de Televisa.
- Aunque diferente, otro caso es el de Dionisio Garza Medina, de Alfa, quien pese a que no tiene una ascendencia directa, preside al conglomerado industrial regiomontano desde hace unos cuantos años, luego del retiro de su tío Bernardo Garza Sada, quien a su vez había sucedido a Eugenio Garza Sada.
- Otros empresarios jóvenes ya están dando de que hablar. Ahí está Alejandro Soberón, con su Corporación Interamericana de Entretenimiento, creciendo a una velocidad difícil de seguir. O los nuevos concesarios de telefonía local, como Alejandro Burillo Azcárraga (Pegaso), Tomás Milmo Zambrano (Axtel) y Adrián Aguirre (Maxcom), quienes pretenden dar la pelea a Telmex.
- A esta generación le corresponde el mayor cambio: el constante. En esta era digital y de hipercompetencia, la evolución es continua y siempre incierta, y estos empresarios deben conducir sus negocios por el laberinto global, con todo tipo de presiones: la exigencia continua de los mercados financieros de buenos retornos, la cada vez más difícil satisfacción del consumidor, los planes de los inquietos competidores de cualquier rincón del mundo, la innovación y el desarrollo, la calidad total de sus productos y servicios, la motivación y capacitación de sus equipos de trabajo, además de los entornos económico, político y social.
- Vaya reto.