47. Tener un cómplice

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Mejor amigo, compañero de correrías, ese al que no hay que darle ningún antecedente porque con seguridad estuvo presente o se enteró a la brevedad de todas las aventuras que vale la pena recordar. El amigo que creció con usted, que aprendió a andar en bicicleta en la misma calle, el que lo vio triunfar, enamorarse y hasta hacerse un adulto de provecho. Ese que a pesar de la edad y los años sigue siendo niño con usted. Con el que no importa el tiempo que pase sin verlo porque siempre parece que retoma la conversación de ayer.