¡A multiplicar el comercio externo!

La agenda para multiplicar el comercio exterior no está agotada. Hoy más que nunca se debe aplicar

México se ha distinguido por su exitoso proceso de apertura comercial. En su -origen (1987), el país redujo unilateralmente los aranceles que gravaban miles -de mercancías sin solicitar nada a cambio. Posteriormente fuimos pioneros entre -los países emergentes al negociar exitosamente un tratado de libre comercio con -Estados Unidos y Canadá, al que le siguieron varios más.

- En un lapso de 18 años, la nación ha cobrado dividendos importantes de -estas acciones. El comercio internacional de México con el resto del mundo –o -sea la suma de sus importaciones y exportaciones– se ha elevado -aproximadamente 10% por año durante ese periodo. Ningún otro rubro de -actividad económica ha sostenido un ritmo de crecimiento similar.

- Para poner en perspectiva este logro considérese que si el resto de la -economía hubiera avanzado a la misma velocidad, el ingreso por habitante de los -mexicanos hoy en día sería muy similar al de algunos de los prósperos -miembros de la Unión Europea (UE).

- En contra de lo que pudiera pensarse, la agenda para multiplicar el comercio -internacional no está agotada. Los tiempos políticos no dan para grandes -reformas en lo que resta de 2005 y 2006; no obstante, el entorno es propicio -para aplicar la máxima porfirista de “poca política y mucha administración”, -enfocada a fortalecer el comercio externo y consolidar el territorio ganado en -esta materia en las dos décadas pasadas.

- Para defenderse de la competencia asiática, el país requiere evolucionar de -la manufactura simple y el ensamble a productos y servicios con mayor valor -agregado. No hay una herramienta única que funcione para este propósito; se -necesita echar mano de todas las que estén disponibles. En el plano comercial -hay dos muy importantes: continuar con la reducción de aranceles, especialmente -los que aplican a los llamados bienes intermedios, y sanear la regulación no -arancelaria.

- Con aquellos países que hemos acordado una política de libre comercio el -arancel promedio a la importación es muy bajo (aproximadamente 1%), pero no -ocurre así con los que no tenemos ese tipo de pacto, en que alcanza casi 20%. -Asimismo, un número importante de bienes que sirven de insumo en los procesos -de fabricación (bienes intermedios), observa gravámenes a la importación de -10% a 15% –aun con los países con los que mantenemos libre comercio– lo que -encarece significativamente los costos de algunas cadenas productivas.

- La competitividad económica de dichas cadenas se fortalecería al reducirse -el precio de adquisición de los bienes intermedios. Esto difiere de la -disminución de impuestos a la importación de bienes de consumo final, que -tienden a beneficiar a los compradores aunque presentan un reto para los -productores nacionales de bienes similares al importado.

- Por otra parte, la regulación no arancelaria se ha viciado en el tiempo. -Originalmente fue diseñada para combatir el comercio desleal y proteger la -salud de los ciudadanos. Ahora, los instrumentos que utiliza como las cuotas -compensatorias, los avisos de importación, la inscripción en el padrón de -importadores y el segundo reconocimiento, etc. se emplean como medios de -protección cada vez más extendidos.

- El exceso de barreras no arancelarias constituye un mecanismo perverso que -premia a los productores ineficientes al otorgarles una protección -injustificada y castiga a los eficientes. La regulación no arancelaria genera -trabas; las trabas se traducen en burocracia y ésta, a su vez, en oportunidades -de corrupción y contrabando.

- En los meses que restan a este gobierno es posible pasar del dicho al hecho, -y fortalecer la economía sectorial reduciendo los obstáculos al comercio -exterior.

- El autor es economista.
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