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Agotados anónimos

Atención ejecutivos &#39quemados&#39: ya existe en México un Programa de Recuperación Acelerada d
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

Ya se sabe que los empleados bajo demasiada presión pueden desarrollar el famoso síndrome del  desgaste profesional o (como algunos lo llaman) burn out. Es ese trastorno el que convierte a los empleados en seres frustrados, indiferentes y poco productivos.

- El desgaste profesional se da sobre todo en los mandos medios, lo que impacta en los presupuestos ya que un reemplazo en estas áreas cuesta mucho dinero al departamento de recursos humanos.

- Pero tras cada problema puede estar latiendo un negocio. Ya existe en México una empresa que ofrece un servicio específico para tratar las crisis emocionales de las compañías mexicanas: se trata del Centro Internacional de Psicotraumatología que creó el Programa de Recuperación Acelerada del Desgaste Profesional para lograr un Desempeño Óptimo -(PRADO).

- “El mito es que el burn out es responsabilidad única de los empleados y la verdad es que la empresa no puede desligarse, debe voltear a ver su organización que ante todo comienza con el individuo”, señala Humberto Guerrero, coordinador de -PRADO.

- Este programa funciona como una especie de primeros auxilios emocionales: se realizan pruebas científicas que incluyen la medición de la frecuencia cardiaca del individuo, nivel de tensión muscular, temperatura periférica y prueba del polígrafo, así como entrevistas a profundidad. Este tipo de test servirán para determinar el nivel de ansiedad y deterioro emocional que mantiene al empleado en ese estado de stand by permanente, algo así como un zombi para quien la vida (incluyendo la profesional) ha perdido todo sentido.

- Una paciente del programa, directora de Recursos Humanos de una empresa farmacéutica (que por causas de confidencialidad corporativa prefirió permanecer en el anonimato), cuenta su experiencia: “No sólo se trata de personas infelices en sus casas, sino de seres que rinden hasta 50% menos en el trabajo, en el fondo estamos hablando de productividad”.

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- En la evaluación se cuida que los empleados no queden expuestos y todo el programa se elabora a partir del anonimato. Esto evita que el empleado falsee la información por miedo a represalias. Después del primer módulo de intervención, el trabajador debe aprender estrategias para afrontar su estrés que utilizará durante toda su vida y que podría reforzar en un segundo módulo de así requerirlo la empresa.

- “El progreso se mide luego gráficamente por áreas”, dice Guerrero.

- Llamadas de atención
Irritabilidad, ausentismo sin causa justificada, ansiedad, estrés, falta de motivación, aumento de conflictos interpersonales, no terminar el trabajo a tiempo; todos éstos eran los síntomas del desgaste que sufrían los empleados de aquella empresa farmacéutica y que poco a poco se convirtieron en una bola de nieve imposible de manejar.

- “Empecé a ver que ya nadie rendía igual. Los empleados llegaban cansados a trabajar, como si no hubieran dormido”, platica la directora de Recursos Humanos de la farmacéutica, “ya no era un asunto aislado y es que en las empresas se suele pasar por alto que antes que nada, se trata de seres humanos”, concluye.

- Tal parece que en México hay pocas empresas que atiendan la estabilidad emocional del empleado, pero hay todavía menos firmas que sepan cómo aliviar estas crisis.

- “Es una epidemia fuera de control”, asegura el coordinador de PRADO, Humberto Guerrero. “No sabemos en realidad cuántas personas hay afectadas por este mal porque en México no se destinan los recursos necesarios para la investigación en este tema, pero sabemos que uno de cada cinco individuos presenta al menos un trastorno mental en un momento de su vida. Los trastornos de ansiedad son los más constantes y crónicos”.

- Los empleados con el síndrome de desgaste profesional son incapaces de relajarse y recuperarse, tienen una actitud distante y fría y se involucran muy poco en las actividades laborales. “Esto daña seriamente su capacidad para trabajar de manera productiva. En consecuencia, la gente se muestra ineficaz y presenta un sentimiento de inadecuación. Cada proyecto nuevo parece abrumador, el mundo parece conspirar en contra de cada uno de sus intentos por progresar y lo poco que logra parece trivial; entonces pierden la confianza en sí mismos”.

- La depresión laboral se vuelve entonces un tema muy serio, cuya consecuencia más grave puede incluso llevar a la muerte. “El sistema biológico es el primero que lo resiente: primero es fatiga, pero luego se manifiesta en enfermedades psicosomáticas como la gastritis, colitis, migraña, asma, contracturas musculares inmovilizadoras y hasta paros cardiacos”, señala Guerrero.

- Inversión a corto plazo
Una evaluación de PRADO cuesta en promedio 1,000 pesos por empleado, en una primera intervención grupal, aunque todo parece indicar que los resultados en productividad son visibles muy pronto.

- De acuerdo con la directora de Recursos Humanos consultada, PRADO “no es otro cursito más de vamos a querernos todos, hay un cambio psicológico y fisiológico real que, por supuesto, da resultados palpables en productividad. Nosotros lo hicimos hace tres meses y hoy, aun los directores de área que dudaban del programa, nos hemos reunido para evaluar cómo ha mejorado nuestra competitividad”, dice.

- En su compañía se trabajó durante 20 horas con una veintena de empleados. La mayoría pertenecía a los mandos medios, quienes manejan un nivel de estrés elevado, más todavía que los altos directivos, porque en ellos recae la responsabilidad directa de la empresa a nivel operativo.
“En nuestra experiencia no sólo era el estrés en el trabajo: eran pleitos con el cónyuge, con los hijos, porque cuando andas mal, no es quien te la hace sino quien te la paga”, relata la directora de Recursos Humanos. “Tratamos primero de explorar asuntos de contabilidad, de administración, queríamos ver alguna situación por la que la empresa no estaba funcionando como antes”.

- En un primer módulo de intervención, el equipo del programa PRADO enseña estrategias prácticas para afrontar el estrés y aprender a comunicarlo. “Le llaman coherencia psicofisiológica”, dice una persona que tomó el curso, “es lo que miden a través de los ejercicios. Si estás pensando claro y sintiendo claro vas generando estabilidad, empiezas a tener coherencia en todo lo que haces y tomas mejores decisiones. Te enseñan ejercicios que puedes hacer en cualquier lugar en cualquier momento, sólo necesitas tu cuerpo. Nada depende de otras personas, o aparatos, te enseñan ejercicios, la mayor parte tiene que ver con la respiración y visualización”.

- Los empleados aprenden que emociones como el enojo o el miedo el dolor son aceptables, y que no es un mandato ser feliz a cada momento.

- “Yo he ido a otros cursos de autocontrol y autoconocimiento pero nada más hablan de ideas, aquí trabajas con ciertas partes de tu cuerpo en donde se refleja la emoción”, apunta otro empleado.

- Nuevas políticas laborales
Hace todavía una década, la gente podía aspirar a un puesto para el resto de su vida, con una jubilación decente y algún que otro incentivo especial.

- Hoy vivimos una situación totalmente distinta: las empresas ya no contratan a la gente de tiempo completo sino ‘por proyecto’; cuando ocurre una crisis (como las hay periódicamente) los empleados se muerden las uñas por el seguro recorte de personal; y por lo general, los sueldos ya no alcanzan para ahorrar, así que los empleados se han acostumbrado a vivir ‘al día’.

- De acuerdo con los coordinadores del programa PRADO, las políticas laborales modernas impiden que el empleado use su creatividad o sus recursos. “Existe también una falta de recompensas, no sólo monetarias, sino que el trabajo se vuelve repetitivo y frustrante, no se siente orgullo ni reconocimiento alguno; pierde sentido una actividad a la que se dedica casi toda su vida: el trabajo”.

- Esto era justamente lo que le ocurría a Martha (quien también ha preferido guardar su anonimato) cuando trabajaba en una secretaría pública. “Me tenían sentada todo el día haciendo números, estadísticas. Era un trabajo muy pesado y luego, por esas vueltas de la vida, me enteré de que esos números ni siquiera eran archivados, simplemente los tiraban a la basura. Es de lo más frustrante”, platica Martha. Ella pudo renunciar a su trabajo, aunque reconoce que muchas personas tienen que aguantarse ese tipo de vejaciones porque no tienen otra opción. “Es muy triste, pero tienen responsabilidades y ni modo, hay que cumplir”.

- Entrenar las emociones
Otro factor que afecta a los empleados es la pobre educación emocional que provee la familia.

- “Existen, desde luego, razones internas que contribuyen al desgaste emocional. Todo está en cómo interpreta el individuo lo que ocurre. En ocasiones tuvimos padres agresivos y creemos que nos agreden, que cuando la gente ríe se está riendo de nosotros, por ejemplo. En general, no nos enseñan a modular los afectos ni a manejar las emociones, lo que a futuro nos provoca estrés. Somos víctimas de nuestras respuestas emocionales equivocadas”, señala Humberto Guerrero, coordinador del programa -PRADO.

- Los factores externos e internos se manifiestan como una cascada que provoca aislamiento y erosiona la capacidad del individuo para enfrentar hasta la tarea laboral más mínima.

- “Se pierde la armonía entre los diferentes sistemas: biológico, emocional y cognitivo. Con el desequilibrio de este último perdemos la capacidad de atención y comenzamos a cometer errores, pero la gente pierde hasta la fe en Dios”, asegura Guerrero.

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