AMLO, según Wall Street
A principios de septiembre, mientras en el zócalo capitalino Andrés Manuel López Obrador (AMLO) arengaba a sus manifestantes y lanzaba casi oficialmente su candidatura presidencial para 2006, en Nueva York, los analistas e inversionistas especializados en América Latina volvían relajados a sus escritorios, después de tomar su habitual mes de vacaciones.
- “Quieren frenar el proyecto alternativo de nación que estamos encontrando ante el rotundo fracaso del modelo neoliberal…”, decía el político a través del micrófono que lo mismo retumbaba en los edificios viejos del primer cuadro que en la cabeza de los contrincantes electorales.
- Los analistas de Nueva York ligados con países emergentes seguramente supieron de estas declaraciones que registraron todos los diarios mexicanos y algunos otros de la región pero, al revés que sus colegas del establishment mexicano, se las tomaron con calma y quizá hasta tuvieron que servirse otra taza de café para terminar de despertar por la mañana.
- En realidad, a ellos les importa poco Gustavo Ponce y sus viajes a Las Vegas; no les quita el sueño el “pastel” que los correligionarios de López Obrador y asambleístas locales llevaron al Congreso de la Unión; y las llamadas intervenidas a contrincantes políticos son una mala costumbre de las democracias en vías de desarrollo.
- Wall Street está tranquila con el crecimiento de AMLO en las encuestas, según revelan los últimos informes especializados y admiten los propios analistas. Y no parece que la sensación pueda cambiar en el corto plazo.
- Lo que para muchos empresarios es una amenaza peligrosa al rumbo económico y político de México en los últimos 10 años, para los analistas que trabajan en Wall Street es poco más que un discurso vibrante dirigido al graderío popular.
- Esta seguridad no es gratuita. Ellos están ciertos de que AMLO, llegada la hora de la verdad –los últimos meses de campaña, cuando tenga que renunciar a su cargo o quede a merced del proceso de destitución–, moderará su discurso y jurará lealtad a la comunidad económica internacional.
- “¿Podría una victoria del PRD significar un giro a la izquierda en la dirección de la economía mexicana?”, se pregunta el reporte de septiembre del Economist Intelligence Unit (EIU), uno de los informes más leídos entre empresarios.
- “El riesgo es bajo. Con dos años todavía para las elecciones, López Obrador deberá ganarse a una gran cantidad de indecisos y eso lo llevará probablemente a tomar posiciones sensiblemente más centristas que las que muestra en su retórica actual”, es su propia respuesta.
- Wall Street espera con tranquilidad el huracán político llamado AMLO. Creen, como Arturo Porzecanski, economista jefe de ABN-AMRO para América Latina, que la prioridad para los mexicanos este año es el aumento en las tasas de interés y las elecciones en Estados Unidos.
- “Los tiempos electorales se adelantaron un año, pero aquí nadie parece haberse dado mucha cuenta”, dice Jaime Valdivia, director de Investigación de Emerging Sovereign Group, un fondo con activos en América Latina asentado en Nueva York.
- Para el brasileño Paulo Leme, director gerente para América Latina de Goldman Sachs y candidato, hace un año y medio, para presidir el Banco Central de Brasil, “los inversionistas deberían estar empezando a entender cuáles son los partidos y los candidatos. La elección de 2006 en México es sumamente importante”.
- Carlos Peyrelongue, analista para México de Merrill Lynch, admite que “Wall Street aún no le ha dado un peso al riesgo político. Los focos ahorita son los buenos resultados de las empresas y el crecimiento sólido en el próximo trimestre”.
- Razones poderosas
Hay cinco motivos por los que Wall Street aún cree que AMLO no es peligroso.
- El primero de ellos es la ignorancia, como dice Valdivia. Muchos analistas explican que todavía falta para las elecciones y admiten que no le han dado, por ahora, demasiada importancia a los escándalos de corrupción surgidos en el último año alrededor de López Obrador. De hecho, en las consultas realizadas por - Expansión ninguno de los inversionistas nombró a Gustavo Ponce o a Carlos Ahumada como elementos que pudieran afectar su opinión.
- Admiten que el proceso de desafuero del jefe de gobierno puede jugar un rol importante en 2005, pero creen que estos intentos judiciales por destruir a AMLO tienen detrás a sus enemigos. El informe del EIU lo dice claramente: “La sensación generalizada es que (el caso contra López Obrador) está motivado políticamente y amenaza con provocar una fuerte disrupción en todo el proceso electoral”.
- El EIU aumentó ese mes de 30 a 35 puntos el riesgo político para México. (El máximo es 100 puntos. Las facetas más riesgosas del país, según el reporte, son la eficiencia global del gobierno, con 61 puntos, y el mercado laboral, con 57.)
- Para Walter Molano, director de Investigaciones de BCP Securities, un banco de inversión especializado en deuda latinoamericana, es más probable que sea el establishment mexicano el causante de una futura volatilidad en los mercados:
- “Si los empresarios y la derecha mexicana se empecinan en sacar a AMLO de la carrera presidencial, entonces los analistas sí comenzarán a preocuparse seriamente por la situación de México.”
- El segundo motivo es el fortalecimiento de las instituciones políticas y económicas de México en la última década, lo que, según los analistas, deja un margen de acción mínimo para los aventureros populistas.
- “Las reformas que en la última década se produjeron en el Banco Central y en Hacienda han sido muy fuertes, sería muy difícil para un presidente volver atrás. Nadie lo aceptaría”, dice Eric Torres, analista de JP Morgan para México.
- Para Gustavo Cañonero, economista jefe del Deutsche Bank para América Latina, “los analistas van a ir reconociendo la influencia de las instituciones en México, y que es muy difícil trasladar el comportamiento regional (en este caso, el DF) a un hipotético gobierno nacional. Es difícil imaginarse un candidato que pueda romper con esa institucionalidad”.
- Cañonero y otros explican la racionalidad económica del presidente brasileño, - Lula da Silva, después de considerar a las instituciones económicas brasileñas como las más avanzadas e influyentes de la región junto con las mexicanas y las chilenas. Aquí surgen los nombres del secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, y del presidente del Banco de México, Guillermo Ortiz, cuyo trabajo es para algunos un seguro del rumbo económico actual y para otros es un talismán al que hay que mirar más de cerca.
- “Muchos analistas no se preocupan porque el petróleo sigue alto. Porque ven que Gil Díaz y Ortiz siguen ahí, y van a estar por un tiempo prolongado, pero el panorama para 2005 no es nada bueno, especialmente por el ruido político”, advierte Jaime Valdivia.
- Un tercer argumento que citan los analistas para no temerle a AMLO es la altísima probabilidad de que el PRD no obtenga mayoría en el Congreso. Al igual que el presidente Vicente Fox, un López Obrador presidente deberá estar obligado a dialogar con la oposición, pactando leyes y reformas que lo obligarán a dejar en el camino la confrontación para acostumbrarse, aunque no le guste, a dialogar.
- El cuarto argumento que juega a favor de AMLO es la profunda decepción que ha supuesto la gestión de Fox para Wall Street. “El -PAN ha sido una enorme desilusión y es por eso que no tiene muchas oportunidades de ganar. En realidad, Wall Street todavía no elige a su candidato favorito, porque no hay nadie interesante en la línea de salida”, dice Molano.
- En el escepticismo general se beneficia AMLO. Wall Street teme el siguiente escenario: si Fox ya ha tenido problemas para impulsar reformas en sus primeros cuatro años, más difícil le será hacerlo en los próximos dos años, hasta las elecciones; así, una victoria de AMLO en las presidenciales sin la compañía de un grupo nutrido de diputados y senadores del PRD, mantendrá trabado el poder de decisión presidencial por dos años más, hasta las siguientes elecciones legislativas.
- El crecimiento del poder del Congreso es el quinto motivo por el que los analistas e inversionistas no le temen a un supuesto vendaval populista de López Obrador: “A partir de Fox, el poder se ha desplazado desde la presidencia hacia el Congreso. México se ha transformado en un país mucho menos presidencialista de lo que solía ser”, explica Eric Torres.
- Creer o no creer
Hay un solo aspecto en el que Wall Street sí considera que AMLO podría hacer daño como presidente: el mercado energético. Aunque ninguno de ellos cree que López Obrador podría llevar atrás las reformas ya emprendidas, sí consideran que el ritmo se desacelerará al mínimo.
- “Tendría, seguramente, un enfoque nacionalista sobre la industria energética. Esto, a mi entender, frenaría las capacidades de México de aprovechar sus enormes ventajas competitivas en gas, petróleo y electricidad. No creo que AMLO anule lo que ya se hizo, pero con el statu quo aquí no es suficiente, hay que estar siempre en movimiento”, dice Paulo Leme. La mayoría de los analistas consultados admitió que López Obrador favorecería una política de equilibrio fiscal en caso de llegar a Los Pinos.
- Pero el serenamiento futuro de AMLO, en caso de ocurrir, sólo se sumará a un cambio anterior: el de los propios analistas de Wall Street, quienes después de - Lula da Silva ya saben que una oratoria encendida poco dice sobre las intenciones de un candidato. “Wall Street ya no se asusta con los candidatos de izquierda”, dice Walter Molano. Piloto de aviones de la Marina estadounidense durante ocho años y nacido en Nueva York en una familia latina de bajos recursos, Molano se convirtió en los últimos años, gracias a sus latigazos verbales, en uno de los más solicitados analistas de las economías regionales. “Lula, Lagos, Chávez y hasta Mireya Moscoso, todos parecían el anticristo y finalmente continuaron pagando, y sin amenazas, sus servicios de deuda. Hay razones para pensar que López Obrador haría exactamente lo mismo”, dice Molano, en referencia a los actuales presidentes de Brasil, Chile y Venezuela y la ex mandataria panameña. Más allá de AMLO, los analistas ven con preocupación el panorama político mexicano, sobre todo porque los partidos, principalmente el -PAN, demoran en definir sus candidatos. “La inacción política continúa mientras se vive un clima preelectoral tenso, que dificulta –sino impide– cualquier avance significativo durante el resto del mandato de Fox. Los políticos están más preocupados por las negociaciones internas para controlar las candidaturas que en progresar en la agenda de reformas del presidente”, comienza el último análisis del departamento de Investigación del banco español Caja Madrid.
- Roberto Madrazo, el candidato más probable del PRI para 2006, es un viejo conocido de Wall Street. Sin embargo, los analistas no se sienten cómodos hablando de él. “Es un hombre del ala tradicional del partido, pero no se sabe si eso es bueno o es malo. Debería ser malo, porque es una generación con una cuestionable cultura democrática, pero nunca se sabe”, dijo uno de ellos.
- Con respecto al PAN, en Wall Street están esperando a ver si el partido decide intentar ganar (nominando al secretario de Gobernación, Santiago Creel) o intentar ser fiel a sí mismo “y perder con dignidad”, según los analistas, con la candidatura de Felipe Calderón. “La ventaja que tiene el -PAN es que con tanto descrédito que hay de Fox la gente no espera absolutamente nada, cualquier cosa que haga será bien recibida”, señala Jaime Valdivia.
- El ex canciller Jorge Castañeda provoca cierta simpatía por estar alejado de las estructuras partidarias, pero algunos, como Valdivia, le critican la cercanía que por temporadas tuvo con varios partidos (primero con el PRD, después con el -PAN y ahora como independiente).
- AMLO, entonces, no es un problema para Wall Street. “La gente está desencantada con la partidocracia tradicional y está tranquila, sabe que no va a haber sorpresas. Es más, una victoria de AMLO en 2006 sería un cambio menor al triunfo de Fox en 2000, un cambio más en la formación de una democracia expandida en México”, dice Cañonero, del Deutsche Bank. Otros, menos preocupados por las ciencias políticas, aprovecharán la benevolencia de Wall Street para sus fines, como Valdivia: “El año próximo va a ser difícil y yo me voy a dedicar a ganar dinero, la ignorancia es buen negocio para mí”.