Con una inversión de $6 millones de dólares la empresa brasileña, que dirige Miguel Krigsner, quiere probar suerte en el mercado local con la apertura de sus tres primeras tiendas; si encuentra respuesta favorable instalará hasta 100 establecimientos en los próximos cinco años.
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La carta de presentación de O Boticário es la aceptación de sus líneas de productos en Brasil, donde opera a través de franquicias más de 2,000 puntos de venta y factura en promedio $500 millones de dólares al año. La llegada a México forma parte de un proceso de internacionalización que le ha permitido ampliar su presencia a Bolivia, Perú, Paraguay, Portugal y Japón, países que aportan 3.5% a los ingresos de la firma.
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Aunque aún no tienen socios domésticos, la estrategia es crecer en México a través del sistema de franquicias que en Brasil, por ejemplo, tienen un costo aproximado a $150,000 dólares; en México, advierte el directivo, éste podría ser mayor por el alto precio de compra o renta de locales. O Boticário participa en los mercados de belleza para dama, caballero y niños con una cartera de 450 productos.