Cemex. A salvo
La experiencia de 1982 rindió sus frutos. Para Cemex, como para otros grupos empresariales regiomontanos, la historia ya no volverá a repetirse.
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Inmerso el país en una aguda crisis económica que mantiene en tensión a la planta productiva nacional, Cemex cosecha los frutos sembrados una docena de años atrás cuando, preocupado por lograr la diversificación geográfica, comenzó a incursionar en mercados del exterior.
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"No esperamos que 1995 sea un año de pérdidas para Cemex", afirma tajante Héctor Medina Aguilar, director de Operaciones en México del corporativo. "En primer lugar ‑dice‑, el proceso de expansión ha sido muy fuerte y es posible que este año 50% de los ingresos del grupo provengan del extranjero."
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De acuerdo con las cifras presentadas por el consorcio durante su última asamblea anual, 66% de sus ventas en 1994 (N$6,881 millones de nuevos pesos) se generaron en el mercado interno, mientras el 34% restante (N$3,764 millones de nuevos pesos) provino de sus operaciones foráneas. Actualmente, Cemex se encuentra presente en 22 países de manera directa, y en 54 a través de su red comercial. En términos de activos, 53% del total (que en 1994 ascendía a N$40,000 millones de nuevos pesos) se genera fuera de México.
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Por tanto, como explica Medina, debido a que las operaciones internacionales ‑España, Estados Unidos, Panamá y Venezuela, entre otros‑ se encuentran inmersas en un proceso de mejora continua, la contracción del mercado mexicano tendrá un impacto menos fulminante.
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La base: bajos costos. Lorenzo Zambrano, director general de Cemex, ha insistido en que son cinco las fortalezas internas que están contribuyendo para que el grupo supere favorablemente las condiciones de incertidumbre económica y políticas en México: bajo costo de operación, uso de tecnología de punta, administración competente, liderazgo de mercado y estructura financiera sólida.
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Es fácil decir lo anterior, pero lo cierto es que Zambrano y su equipo han trabajado en estos rubros desde hace muchos años y los resulta- dos están a la vista. Por ejemplo, las inversiones en tecnología de punta para sus procesos de producción condujeron, en 1994, a una reducción de hasta 15% en el costo de producción por tonelada de cemento: de N$105.7 a N$89.9 nuevos pesos de un año a otro.
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Por supuesto, además de la adquisición de tecnologías, se combinaron programas de ahorro en energéticos (mejorando las mezclas de combustibles), se llevó a cabo una importante simplificación de los procesos administrativos y se desarrolló, a la vez, un programa de alto desempeño. Este último, incluso, recibió el galardón The best of the best, que otorga anualmente la consultora estadounidense Arthur D. Little a las empresas que demuestran haber aplicado las estrategias más eficaces de administración y manufactura, en términos de resultados financieros y mejoras simultáneas en otros rubros.
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"El énfasis en esas cinco fortalezas ‑destaca Medina‑ nos permitirá, en este año, ahorros superiores a $85 millones de Mares." Así, si bien el volumen de las transacciones en el mercado interno es inferior al de años anteriores, la utilidad de operación mantendrá su nivel.
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Como parte de esta misma idea, Cemex cerró su planta de Atoyac. Pero más que deberse a una reducción de capacidad, Medina aclara que la razón de este cierre es la próxima inauguración de la planta de Tepeaca, en Puebla, que tendrá una capacidad anual de producción de 3.2 millones de toneladas de cemento. "En la medida en que entra una gran capacidad en operación, debe salir otra menos eficiente, lo cual mejora nuestro costo promedio", afirma.
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Mediante una inversión de $320 millones de dólares, en la planta de Tepeaca se han incorporado los mayores adelantos tecnológicos, que permitirán a Cemex producir una tonelada métrica del material a un costo significativamente menor ($25 dólares) al promedio de la industria mundial ($35 dólares).
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Más allá de esta inversión, Cemex proyecta otras inyecciones de capital para este mismo año. Según los planes de la empresa, entre $80 y $ 100 millones de dólares serán destinados a mejoras operativas en energéticos y ciclos de operaciones. "Estamos convencidos de que la actual crisis es sólo un desvío temporal en la positiva tendencia de largo plazo que vemos en México", apunta Medina.