Se aprecia una sensible recuperación de los sentimientos de los consumidores en la medición de marzo del , que en febrero había mostrado el nivel más bajo del que se tiene registro. En marzo se interrumpe la caída, que se había iniciado desde diciembre del año pasado. La mejoría del indicador se debe a cambios positivos en sus dos componentes: la percepción sobre el estado actual de la economía y las expectativas sobre la situación económica futura.
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Los elementos que inciden en este cambio son el fin de la tormenta de la reforma fiscal y la disminución del número de notas negativas en torno a las perspectivas de país, que abundaron en los medios en relación con los cambios hacendarios.
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Aunque se detuvo la baja en las percepciones sobre la situación económica presente, este indicador se sitúa todavía en uno de sus niveles más bajos (78), comparable con enero pasado y marcadamente inferior al promedio (95) que mostró a lo largo de los últimos seis meses de 2001.
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