El arte de echarse un coyotito

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Parece que después del medio siglo de edad caer en el "quinto sueño" ya no es juego de niños. Aunque los especialistas confiesan no saber la razón, lo cierto es que entre los cincuentones la cantidad y calidad del dormir fallan en más de un caso.

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Todo indica que la necesidad de sueño comienza a disminuir en ambos sexos justo al traspasar esta barrera. Sin embargo el

–necio– se empeña en seguir en la cama el mismo número de horas que cuando era un feliz cuarentón.

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Al no lograrlo empieza la angustia y es esto lo que lleva a muchos a consultar médicos y/o a ingerir pastillas. El problema es que médico y paciente no siempre están conscientes de que el individuo necesita realmente menos tiempo para descansar y de que ningún comprimido debe ingerirse por tiempo indefinido. Aquí la frase clave es: lograr un buen sueño las horas que el organismo demande.

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La mayoría de las ocasiones dormir mal –aunque se tengan apenas 20 años– obedece a tensiones nerviosas o a la mala costumbre de utilizar la cama para llevar agenda de actividades y pendientes. Por eso, aunque a veces resulta realmente difícil lograrlo, es vital mantener los pensamientos que causan estrés fuera de la recámara. Una vez lograda la hazaña, lo siguiente es observar

, los cuales su mismo cuerpo le demandará.

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