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“El camino es la desregulación”

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

La crisis de 1995 había tornado sus dimensiones más negras al momento de la plática entre EXPANSIÓN y el ingeniero Salvador López Negrete, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de la ciudad de México (Canaco). El líder expone aquí por qué su organismo aprobó finalmente el programa de emergencia, pese a no estar completamente de acuerdo con él. Asimismo, llama la atención sobre la urgencia de renegociar rápida y efectivamente la cartera vencida bancaria.

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¿A qué ritmos ha descendido el consumo desde diciembre?
Ha habido un total desplome en productos de consumo generalizado de importación. Además, todas las señales de diferentes giros y partes de la ciudad apuntan a que sí ha habido una baja importante en la actividad comercial.

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Podría pasar que al anticipar que tendremos una inflación mayor a la que se había proyectado, la gente está decidiendo entre guardar el dinero, para de alguna forma cuidar el gasto familiar, o gastarlo ante una expectativa de mayor inflación. Claro que las tasas de interés son muy favorables para quienes puedan retener el gasto.

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Las altas tasas de interés son parte de los efectos del Programa de Apoyo para Reforzar el Acuerdo de Unidad para Superar la Emergencia Económica (PARAUSEE). La Canaco señaló que estaba de acuerdo, que eran las medidas necesarias...

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Como Canaco, desde un principio mencionamos que por la vía de los impuestos no íbamos a resolver el problema. Hay que estimular al que realiza actividades económicas para que genere lo necesario, para que por la vía fiscal, a las tasas actuales, tuviera una contribución. Jamás ha sido popular en ningún país el aumento de los impuestos. Pero nosotros pensamos que la alternativa, tal como se nos presenta, de llegar a moratoria, a la hiperinflación, es peor que la que se nos ha presentado en este programa. Eso no significa que estemos de acuerdo con el aumento de los impuestos.

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¿En su opinión habría una solución diferente?
Si, hablamos de muchas otras posibilidades. Desde luego el recorte importante en la estructura gubernamental. Cuando la economía del país en términos de divisas se achica, es importante achicar también todo nuestro aparato burocrático. Esto incluye muchas instancias que se han dado dentro de una tendencia excesivamente regulatoria de las actividades económicas. El camino es la desregulación.

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No soy un experto en el aparato gubernamental, pero el consenso y el sentir de la población es que hay espacios para recortes en la estructura gubernamental. Se tienen que poner cifras en todos estos ahorros e ingresos adicionales. El gobierno debe compartir con la sociedad mucho más información que nos permita hacer mejores proposiciones.

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El PARAUSEE no fue un programa negociado. ¿Será este el fin de los pactos?
Estamos hablando de dos cosas diferentes. Uno es el pacto, que se inició para de sentar a dialogar a los diferentes sectores que participan en el proceso económico y atender un problema muy urgente que teníamos en 1987. De ahí fue evolucionando hasta ser un instrumento de concertación, de acuerdo.

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Luego vino la situación de emergencia. El pacto se hacia en un principio para atender producción, empleo, no para manejar tipo de cambio. Nunca ha sido éste su objetivo. Se metió la banda de flotación del peso dentro del pacto como una forma de lanzar señales de confianza a los inversionistas nacionales y extranjeros, pero nunca se discutió en el seno del pacto, hasta el lunes 19 de diciembre (pasado) en la noche, cuando la famosa modificación a la banda. Esto hizo que se percibiera por parte de la opinión pública que el pacto tenía que ver con la devaluación, cuando ésta es una decisión del banco central apoyado en el Comité de Cambios, del cual es presidente el secretario de Hacienda.

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El pacto sigue siendo útil como herramienta. Evidentemente requerirá ajustes, y quizá sea lo mejor que tengamos para que los intereses sectoriales, que pudieran parecer muy distintos, finalmente tengan un solo interés superior, que es el bienestar de todos. El AUSEE se dio, dentro del pacto. El actual reforzamiento (PARAUSEE) ya no fue una situación concertada y firmada por todos los sectores, porque evidentemente con las posiciones tan diferentes de cada uno, eso si hubiera llevado a una total dislocación de la capacidad de discutir, analizar y planear.

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Algunos sectores del empresariado, ante el PARAUSEE, prefirieron el enfrentamiento con el gobierno, como la Caintra de Monterrey. ¿Qué posición tiene al respecto?
Los organismos empresariales debemos estar suficientemente cerca de la autoridad para poder dialogar y dar nuestros puntos de vista, pero suficientemente lejos como para poder representar genuinamente el sentir de nuestros representados.

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Lo que se ha llamado, enfrentamiento no es sino una muestra más de lo que sucede cuando hay apertura democrática: acabar con el tabú de que disentir es estar en contra de. Si uno disiente con argumentación, con posiciones salidas, no de desplante, amenaza o chantaje, es algo bueno para el país. Para poder disentir propositivamente es importante que tengamos información que nos permita el análisis, porque todo mundo está empleado en resolver el problema, pero que partimos de supuestos en los cuales no tenemos el mismo material o información.

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Como enfrentamiento están, por ejemplo, las propuestas de huelgas de pagos fiscales...
Esto no se va a dar, porque quienes realizamos actividades económicas dentro, del orden legal no podemos acudir a la ilegalidad como una medida para lograr las cosas. Existen antes muchas medidas: el diálogo, la discusión, la confrontación amigable, con el ánimo de encontrar lo mejor de las dos posiciones.

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¿Qué dimensión tiene el problema del endeudamiento con la banca entre los afiliados de la cámara?
Como el comercio ha estado sufriendo bajas en su actividad desde 1992, hace tiempo que muchos comerciantes establecidos en la ciudad de México ya no eran sujetos de crédito, por las condiciones tan rígidas para su otorgamiento. Ahora no hay un problema muy grande con las carteras vencidas, pero si lo hay con el costo del dinero. Afecta por el lado de las deudas del comercio y por la capacidad de compra de los consumidores.

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En cuánto a los planes de renegociación de carteras vencidas de la banca mediante su conversión a UDIs, ¿cómo los considera?
Este programa de rescate, en el que indican que habrá dinero suficiente para atender buena parte de la cartera vencida, para que funcione es necesario una acción expedita e informada de la banca. Pero el problema con la banca es que son estructuras muy grandes y muchas veces rígidas, y para que fluya la información de la cabeza de la banca hacia los gerentes de las sucursales más recónditas hay todo un proceso burocrático. Es importantísimo que la banca trabaje en agilizar esa comunicación, porque ya se generó entre la gente la expectativa de que habrá posibilidad de negociar las carteras y ya que acude a las sucursales para ver en qué fila se forma para atender su problema de cartera vencida.

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