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Por otra parte, es innegable que en 2000 las compañías llevaron al límite sus capacidades para aprovechar el impulso y las inercias generadas en un año en que las advertencias sobre la desaceleración podían sonar catastróficas.
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En este reporte de las exportadoras e importadoras el lector encontrará los indicadores de las relaciones con el exterior de un heterogéneo grupo de firmas, desde las grandes paraestatales como
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Se gana y se pierde. Las dificultades que ya son evidentes para los exportadores –por el efecto de la desaceleración y la sobrevaluación del peso–, no se veían en la actividad cotidiana de las empresas en 2000. Incluso se puede decir que las firmas enfrentaron el dilema de qué mercado atender en primera instancia, si el foráneo que crecía rápidamente, o el interno, que además de dinámico brindaba el atractivo de un peso fuerte que hacía aumentar las ganancias cuando se expresaban en dólares. Incluso algunas organizaciones que operan en sectores que hoy están en dificultades, como el automotriz, fueron de las que más incrementaron su planta laboral. Es el caso de General Motors, por ejemplo.
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En general, las compañías buscaron aprovechar al máximo la oportunidad que les brindó el fuerte crecimiento de la demanda externa, aumentando sus exportaciones.
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También hubo avances en la multinacionalización de empresas mexicanas, con un aumento de sus inversiones externas.
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Hubo sectores que de plano no lograron mejorar su desempeño. Es el caso de las constructoras, que debieron reducir sus actividades en el exterior, sobre todo por las dificultades financieras que las aquejan; las siderúrgicas integradas tampoco lo lograron, aunque en ellas influyó la fuerza de la demanda interna.
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En contraste, las
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Las cifras de las compañías incluidas en este informe de exportadoras e importadoras confirman que hasta 2000 el ambiente general era favorable para los negocios. Había problemas, pero no los suficientes para nublar el último año del viejo régimen.
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Por supuesto, esta revisión no debe llevar a ignorar la situación actual. Ante la magnitud de los problemas presentes, los empresarios esperan que el nuevo gobierno sea capaz de salvar las dificultades. Un año de grandes retos, sin duda.
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