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El deprimido mercado interno

El crecimiento de la inflación, más rápido que el de los salarios, ha repercutido en una caída d
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Aunque se sabía que el mercado interno seguía deprimido, causó cierta sorpresa el informe del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), acerca de las ventas en establecimientos comerciales durante el primer mes del año. De acuerdo con el instituto, en enero las ventas al menudeo registraron una caída de 3.6%.

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Cabe señalar que en los últimos 25 meses, sólo en tres ocasiones las ventas al menudeo superaron a las del mismo mes del año anterior. Tomando en cuenta que en 1995 este renglón acumuló una contracción de 19.3% y en 1996 añadió otro 5.2%, se tiene que el nivel de ventas al cierre de 1996 fue inferior en más de 24% en comparación con el registrado en 1994.

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Sin embargo, aunque las ventas al mayoreo tuvieron un mejor comportamiento, eso no les ha permitido recuperar los niveles de actividad alcanzados en 1994. De acuerdo con el INEGI, gracias a que en 1996 este renglón reportó siete meses con variaciones anuales positivas, logró terminar el año con un nivel de ventas similar al de 1995. Aun así, éste fue inferior en 14.1% en comparación con 1994.

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Por otra parte, sería difícil explicar la diferencia entre las tasas de crecimiento de las ventas al mayoreo y las ventas al menudeo sin recurrir al crecimiento de la economía informal en el país. Si en los últimos ocho meses, incluyendo enero, las facturaciones de los comercios mayoristas han reportado variaciones anuales positivas, y las ventas al menudeo se han mantenido en términos generales a la baja, es muy probable que los compradores de los mayoristas sean vendedores ambulantes.

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Existe otra posible explicación acerca de ese desfase entre el comercio al mayoreo y al menudeo, que es suponer que el comercio minorista establecido está recomponiendo sus inventarios. Sin embargo, es poco probable que eso esté ocurriendo en realidad, ya que la gran mayoría de dichos negocios no tiene capacidad para financiar aumentos de existencias y menos si el mercado se encuentra deprimido.

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En cambio, el crecimiento observado en la economía subterránea, estimulado por el desempleo que se generó a partir de la crisis, sí podría explicar una mayor demanda de mercancías por parte de esa actividad. Aunque la economía subterránea es una respuesta válida de la sociedad para hacer frente al desempleo, tiene el inconveniente que produce efectos que distorsionan los resultados en la economía formal.

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Por otra parte, es necesario insistir en que, si bien el comercio al mayoreo tuvo un mejor desempeño que el minorista, aún se encuentra 14% abajo del nivel de actividad reportado en 1994. De hecho, las proyecciones oficiales estiman que ni siquiera en este año se recuperará el nivel de consumo de 1994. De acuerdo con los Lineamientos Generales de Política Económica para 1997, el consumo privado crecerá 2.39%; en caso de que así suceda, terminará el año 5.2% abajo del que se tuvo en 1994. Aun cuando se estima que el consumo del gobierno superará en 3.2% al de ese año, el consumo total seguirá siendo inferior en 4.1% al registro previo a la crisis.

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Varios son los factores que determinan esa caída en el consumo interno: el desempleo, la contracción del salario real y la reasignación de trabajadores hacia menores niveles salariales. En lo que se refiere al desempleo abierto, si se tomaran en serio las cifras del INEGI, que señalan que en enero tuvo una tasa de sólo 4.5%, las autoridades económicas ya no estarían preocupadas por generar fuentes de trabajo, sino por frenar el crecimiento económico. Cabe recordar que en Estados Unidos una cifra semejante sirvió de pretexto a la Reserva Federal para aumentar las tasas de interés y enfriar la economía.

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Finalmente, el crecimiento de la inflación, más rápido que el de los salarios, ha repercutido en una caída de casi 20.6% del poder adquisitivo, en comparación con el que se tuvo a finales de 1994. A lo anterior se añade que el porcentaje de trabajadores que recibe arriba de dos salarios mínimos se redujo de 49.8% del total en 1994, a 44.2% en 1996.

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Todo eso da la razón a los empresarios del sector comercio, que estiman que todavía falta para que se recuperen las ventas al nivel alcanzado en 1994.

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