El Jarocho cocina franquicias

Con una experiencia de más de medio siglo, la taquería de la colonia Roma busca su expansión.

Hace algunos ayeres, en la barra de El Jarocho podía verse lo mismo a un diputado que a un maestro de obra levantar el dedo meñique para llevarse un buen taco de guisado a la boca. Hoy los ejecutivos de saco y corbata parecen haberse adueñado del local, pero la fama aún le sobrevive a esta taquería a más de 55 años de haber abierto sus puertas.

-

La historia de este establecimiento se remonta a 1947, cuando la pareja formada por Concepción Camacho –originaria de Michoacán– y Manuel Aquino –de Veracruz– vieron que a unos cuantos metros de su tortillería se alzarían los cimientos de lo que llegaría a ser Sears de Insurgentes.

-

Ella, quien fuese la mayor de 10 hermanos, estaba acostumbrada a cocinar para una familia numerosa, por lo que le fue natural empezar a hacer guisados para acompañar el kilo de tortillas que vendía a los albañiles e ingenieros que llegaban a su local desde temprano.

-

Poco a poco, al hacerse más conocidos entre la gente de la zona, Concepción y el jarocho, como apodaran a su esposo Manuel, convirtieron el mostrador en una barra y el local, donde comúnmente la clientela se preparaba tacos con sal, empezó a funcionar como una taquería propiamente dicha.

-

Sin embargo, cuando el negocio parecía estar en su mejor momento, su dueño murió en una riña, por lo que la joven viuda y sus dos hijos, Carlos y Fernando, quedaron a cargo de la empresa. Aunque la situación era difícil, la participación de los jóvenes miembros de la familia inyectó nuevos bríos a la firma, y en los 80 introdujeron la venta de comida a domicilio y el servicio de banquetes.

-

Según Juan Carlos Aquino, tercera generación al frente de esa casa, los servicios a particulares empezaron porque la gente pedía cada vez más cazuelas de guisado. “En aquel tiempo a lo mejor había una o dos personas que se dedicaban a llevar comida a domicilio y nosotros fuimos de los pioneros. No fue algo planeado, pero hoy  tenemos 30 transportes para este fin y hemos organizado banquetes hasta para 10,000 personas”, cuenta el directivo.

-

Aunque mantenerse en el gusto de los paladares mexicanos no ha sido fácil –un taco cuesta entre $15 y $17 pesos– el entrevistado considera que sus clientes valoran más la calidad, pues a pesar de que existen decenas de taquerías por la zona con precios más accesibles, ellos venden aproximadamente 1,500 diarios y ofrecen 30 guisos en su carta, lo que da variedad y distingue su propuesta.

-

Hasta el momento, la organización no tiene sucursales, pero está en proceso el desarrollo de franquicias, cuyo valor irá de $22,000 dólares para una tipo junior hasta $2.5 millones para la territorial.