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El país de las ilusiones rotas

Tanto espejismo termina por desquiciar. Por fortuna, algunos conservan el toque mágico y ejecutan b
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

Somos muy dados a irnos con la finta a la menor provocación. Las ilusiones ópticas aparecen por doquier en el horizonte de las decisiones corporativas. Esta es, sin duda, una de las cosas que hacen tan complicada (y solitaria) la vida de CEOS y directores en México, país de recurrentes espejismos, simulaciones y engaños.

- Por lo mismo, tomar decisiones en este país se transforma más en una labor de intuición y valentía (apelando al azar y a la buena suerte), que de análisis y estrategia. Nada de lo que parece ser, es. Basta con asomarse a la histeria de la vida política nacional, donde llevamos años con un Presidente confundido, un gabinete desorientado, un Congreso inmóvil, partidos sin propuestas y candidatos anticipados. Todo este cóctel explosivo se manifiesta en un clima de cautela, de temor, por parte de inversionistas y empresarios mexicanos y extranjeros.

- Y sin embargo, se mueve. Contra la validez de la amenaza cotidiana de “pasan las reformas o no pasa nada”, y más cerca del “no pasa nada”, por supuesto, muchos hombres y mujeres de negocios continúan invirtiendo recursos y desarrollando mercados. Si bien estamos muy lejos de ver megaproyectos de inversión (que vayan mucho más allá que segundos pisos de un solo sentido en el Periférico capitalino), la economía da sus pasitos de gallo-gallina. Por más que se lo ha propuesto, el gobierno no ha terminado de contaminar con su parálisis a varios sectores de la economía. Pero lo que sí ha hecho muy bien es crear más y más ilusiones ópticas, que entusiasman a los empresarios, pero que al final no ocurren: reformas (ya hasta da flojera hacer la lista), aeropuertos, carreteras y demás infraestructura.

- Ante las ilusiones ópticas (y las torpezas políticas) no hay otro remedio que estimular el “toque mágico”, ese factor diferenciador y único que tienen las empresas exitosas. Es casi infalible. La creatividad que han desarrollado muchos hombres y mujeres de negocios en este país es como una luz que se enciende ante la imposición de las tinieblas. Ese toque mágico se traduce en buenas ideas ejecutables. Aunque los ejemplos no son muchos, al menos existen varios. Y eso es lo que tenemos que estimular en México, antes de que pasemos a la historia como el país de las ilusiones rotas.

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* Javier Martínez Staines es director editorial de Grupo Editorial Expansión y conserva la ilusión de alcanzar a ver en vida un país próspero.
Comentarios: jstaines@expansion.com.mx .

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