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En el club de Toby

Tres mujeres exitosas te dicen cómo llevarte bien con el dinero.
lun 15 agosto 2011 02:54 PM
María Luisa Fernández  (Foto: Ramón Sánchez Belmont)
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María Luisa Fernández tiene bajo su cuidado 91,189 millones de pesos de ahorro en afore Banorte; Sofía Belmar maneja las pólizas individuales en el negocio de gobierno -el sector más importante de la aseguradora Metlife- y Lourdes Arana vigila la asesoría que ING Wealth Management le da a 1,477 clientes con portafolios promedio de 410,310 pesos. Con la responsabilidad de llevar la estrategia de tantos ceros, te cuentan los consejos que más le han funcionado para que consigas una cartera más abultada.

María Luisa Fernández es directora de Afore Banorte, la cuarta afore por número de cuentas y séptima por activos del país. Ella se pagaba la carrera de ingeniería en sistemas en Universidad La Salle -que hoy puede ver desde su oficina en la Condesa- diseñando los sistemas de valuación y contabilidad de la que fue Casa de Bolsa Probursa.

Al principio su salario se iba íntegro para su matrícula y gasolina, pero aun desde ese primer trabajo a los 20 años, destinaba completos sus bonos, aguinaldo y fondo de ahorro a un fondo de inversión para metas más altas, como su primer auto -un Renault 5- y su primer departamento. "Era comodísimo porque como no los tenía cada mes, no me pesaba".

Al laborar desde el segundo año de la carrera en sociedades de inversión se dio cuenta de que poner el dinero a trabajar desde que lo recibía era básico. 

Sigue invirtiendo cada peso desde que le llega. Además, trata de sacarle el máximo de jugo a su ahorro para el retiro aprovechando las deducciones fiscales, que pueden llegar hasta 10% del ingreso acumulable anual del contribuyente o hasta cinco salarios mínimos elevados al año (104,864 pesos para el ejercicio fiscal de 2010).

Pocos hacen lo mismo que Fernández. Sólo 0.4% del total de los recursos para el retiro que administran las afore son ahorro voluntario de los trabajadores -potencialmente deducible de impuestos-, el resto son aportaciones obligatorias o recursos de previsión social de entidades públicas y privadas, según la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

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Utilizar todos los incentivos fiscales que da el gobierno para lograr metas como ahorrar para el retiro o comprar una casa es algo que recomienda Lourdes Arana, directora de Wealth Management de ING, división que fue adquirida por el consorcio colombiano Grupo de Inversiones Suramericana.

Arana abrió una ‘cuenta ahorro vivienda' con beneficios fiscales en España, en cuanto acabó su carrera de ingeniería en mecánica y comenzó a trabajar. En este instrumento los jóvenes podían ahorrar por un periodo de cuatro años para el enganche o el total de una casa, y deducir de impuestos. "Si al término no te la comprabas, te los cobraban", explica. Así compró su primera casa en Madrid.

En México no existen las cuentas de vivienda, pero un incentivo similar al que usó Arana es la deducción de los intereses reales efectivamente pagados de los créditos hipotecarios del artículo 176 de la Ley del Impuesto sobre la Renta.

"Yo siempre he aprovechado todos los incentivos fiscales que dan los gobiernos, porque mejoran mi calidad de vida y además con el ahorro podemos ayudar a levantar el país desde nuestro primer salario", cuenta.

Lo primero que hizo Arana al llegar a México hace 18 años fue preguntar "¿Dónde está el plan de pensiones con incentivo fiscal?". En ese momento no existían, pero en cuanto se autorizaron en la Ley del Impuesto Sobre la Renta abrió el suyo.

Hay quienes se preocupan más por la protección, como Sofía Belmar, directora ejecutiva del negocio de gobierno de MetLife, quien adquirió su primera póliza a los 23 años y hoy tiene alrededor de nueve seguros. Cuando ella comenzó a interesarse por el tema no existían todos los productos que cubrieran sus necesidades.

Belmar comenta que el primero que compró fue un seguro de vida. "Yo no tenía dependientes económicos y mucha gente cree que si no tienes, no debes comprarlos". Considera que esto no es necesariamente cierto, pues este tipo de seguros puede tener coberturas como la de invalidez, que le sirvan a cualquier joven profesionista. Además, el producto que ella contrató era más de inversión  y sólo una pequeña prima de riesgo, por lo que estaba protegida y contaba con ahorros.

Para garantizar su protección, Belmar paga con un año de adelanto las pólizas. Este dinero ‘extra' se invierte, genera rendimientos y en caso de que no tuviera recursos para cubrir su prima, de ahí podrían tomarse.

Belmar cuida el pago puntual de sus créditos. Su primera tarjeta de crédito fue una adicional a la de su papá. No le gustan las deudas, considera que esos recursos deberían ir para el futuro.

"Si vas a dejar de trabajar y percibir ingresos a los 65 años, a la mayoría le quedarán 15 años o 180 meses por vivir, si quisieras 1,000 pesos al mes, requerirás 180,000 pesos, pero si son 10,000, ya son 1.8 millones, y si son 50,000, necesitarás 9 millones de pesos. ¿Cuánta gente realmente está pensado en esas cifras? Quienes empiezan a pensarlo a los 45 o 50 años ya van tarde", asegura.

La actuaria y también dueña de un clavecín -hizo estudios formales de música-, reconoce que, "como a la mayoría de las mujeres", le gusta la ropa y los zapatos, pero procura ponerse sólo tres o cuatro fechas al año para adquirirlos. Evita a toda costa que los fines de semana sean de compras.

Una regla similar aplica con los automóviles -los deportivos la apasionan-: sólo los cambia después de cuatro años. "Los autos son un capricho, un capricho precioso, pero que una vez que la llanta pisa la calle, pierden valor".

Las tres financieras coinciden en que cuidar las finanzas es un tema cada vez de mayor interés para los mexicanos.

Lourdes Arana ve un gran potencial: "La gente con cuentas de 50,000 a 1 millón de pesos está desatendida por la banca patrimonial y tras la crisis, las personas físicas se hicieron más conscientes de la necesidad de planear el futuro".

Considera que además de no acercarles productos adecuados y que les permitan hacer crecer más su dinero, a este segmento de clientes pocas veces los asisten en identificar sus necesidades y planear cómo alcanzarlas, algo que para ella es fundamental: "Si no le pones precio y plazo a la casa, nunca te la vas a comprar".

En la administración del ahorro para el retiro la cercanía con el cliente debe trabajarse. Fernández comenta que antes de la crisis muchas personas no tenían claro que su cuenta en la afore les pertenecía, pero debido a que el IMSS mandó cartas informándoles que tenían derecho a hacer un retiro por desempleo -un monto de entre 30 y 90 días de su salario base de cotización-, "se dieron cuenta de que su afore les podía dar servicio", explica la directora de afore Banorte.

Otra oportunidad de acercar a los usuarios a su cuenta será "Tu Afore, tu ventanilla" considera María Luisa Fernández, una iniciativa de la Consar con la que los trabajadores podrán hacer trámites relacionados con el retiro de su pensión directo en su afore, en lugar de acudir a distintas instancias.

Para Belmar, los buenos asesores deben ser ante todo buenos escuchas: "Se trata de comprender a la gente, sus vidas, sus metas, sin eso no puedes hacerles una sugerencia".

El sector financiero debe volcarse a que los usuarios comprendan mejor cómo aprovechar sus recursos y qué riesgos existen, para que no se alejen por descalabros. Fernández comenta que los usuarios de afore perciben una diferencia entre las aportaciones obligatorias y las voluntarias. Si bien a las primeras no les hacen mucho caso, porque no las perciben como propias, cualquier variación o minusvalía en las segundas, "que sí les costaron, aunque las dos sean recursos de su propiedad", les preocupan mucho más.

La directora de Afore Banorte comenta que el sector financiero debe plantear una oferta que permita a los usuarios irse adentrando en los distintos productos y servicios. Banorte tiene dos modalidades en ahorro voluntario: una sociedad de inversión sin renta variable, en la que el trabajador puede retirar su dinero cada dos meses, y otra de seis meses, donde sí hay bolsa y puede haber variaciones. "No queremos que el trabajador se espante", explica.

Trabajar en el club de Toby

Las financieras coinciden en que cada vez hay mayores oportunidades para las mujeres en su sector, aunque en ocasiones sí tienen que "demostrar más" el compromiso y mediar con la vida familiar.

Lourdes Arana no comentó nada de su primer embarazo hasta que estaba avanzado para que la mantuvieran en proyectos que le interesaban. Sofía Belmar tenía en puerta un evento para 900 personas cuando se enteró de que iba a tener un bebé y prefirió no avisarle a su equipo que tenía cuatro meses encinta "porque si algo salía mal, no quería que lo tomaran como justificación".

Para María Luisa Fernández, la vida personal no ha sido difícil de compaginar con el trabajo, pero sí considera que el apoyo familiar es vital para las mujeres que trabajan. Su esposo es su aliado. "Cuando me ofrecieron integrarme a Afore Banorte me dijo: ‘Tú puedes con todo y yo te voy a ayudar'". Reconoce que las familias mexicanas son una gran red: siempre está la abuela o la tía que te ayuda.

Las tres coinciden que lo principal es no hacerlo un tema sexista: "¡Viva la diferencia!, cada quien tiene formas de reaccionar y una mamá siempre será una mamá y un papá, un papá, pero cada quien aporta algo", asegura Sofía Belmar.

Pese a que no lo plantean como requisito indispensable, las mujeres que quieren incursionar en el sector deben trabajar en "habilidades duras", como las matemáticas.

Lourdes Arana entró con seis mujeres a ingeniería, de las que sólo terminó ella, su materia favorita siempre fue la física porque "es la matemática aplicada". Belmar es actuario -y asegura que las matemáticas más avanzadas pueden llegar a un punto en el que rozan con la filosofía o la música-. Fernández prefirió ingeniería sobre medicina.

Más allá de esto, lo principal es que las mujeres "se quiten el miedo a aprender de finanzas". Coinciden en que las mujeres tienen más conciencia de cómo dividir el gasto para la luz, el gas, la comida, pueden hacer un estado de resultados familiar... y además "tienden a adelantarse a las necesidades de la familia, presupuestarlas y tomar riesgos controlados para no arriesgar de más el patrimonio, la educación de los hijos, la casa... las cosas que les importan", habilidades de planeación que requiere cualquier financiero, asegura Lourdes Arana.

PASIÓN POR LAS INVERSIONES
María Luisa Fernández dirige Afore Banorte, que en los últimos años adquirió la cartera de Afore Ixe, Argos y Ahorra Ahora.
Su semillero fueron las inversiones. Desde el segundo año de la carrera ya sabía que nunca se iba a dedicar a la ingeniería de sistemas porque las finanzas le encantaban. Inició en Probursa, donde hacía los sistemas de información hasta que su jefe se fue de vacaciones y la dejó en el back office para “pasar las hojitas amarillas y azules, es decir, de compra y venta“, se dio la divertida de su vida y ya nunca quiso salir de ese sector.
Su tesis fue sobre un sistema personalizado de portafolios de inversión, algo muy parecido a lo que puede hacerse ahora vía internet, pero mucho antes de que se popularizara el correo electrónico. En Interacciones asistió a la confección de fondos de inversión.
Todos sus jefes han sido hombres –dato del que cayó en cuenta en la entrevista–, pero nunca ha sentido que el género implique algo en su carrera. Hoy es la única directora de una afore en México.
PIANISTA, FUTBOLISTA, FINANCIERA
Sofía Belmar está a cargo del principal negocio de MetLife: los seguros para los trabajadores del gobierno.
El día que fue a inscribirse a la universidad tuvo que decidir entre seguir su carrera de pianista –estudiaba desde los 11 años en la Escuela Nacional de Música– y la actuaría. A la fecha toca el piano en las noches y los fines de semana y da conciertos esporádicos con obras de Haendel. Fue conductora de un programa de canal Once que se llamaba ‘Yo te quiero preguntar’, en 1985.
Como parte de su entrenamiento financiero, ya en un nivel directivo pidió que la mandaran con los agentes a ofrecer los productos, sin que éstos estuvieran al tanto de su cargo. Le tocó desde sentarse en un banco de pintura a falta de más bancas en la bodega de deportes de una escuela, donde el asesor ofrecía un seguro a un maestro, hasta correr a sacar fotocopias a la papelería para cerrar la venta.
Le apasiona el futbol. En GNP jugaba en el equipo de los hombres porque no había de mujeres y en MetLife formó el de chicas.
ASESORÍA A PERSONAS
Lourdes Arana maneja el negocio de inversiones para personas físicas de ING, con activos por 606 millones de pesos, es ingeniera mecánica de profesión, con maestría en robótica en Carnegie Mellon University con la beca Fullbright, donde era la única mujer. Consideró que su dominio era demasiado técnico y decidió incursionar en la consultoría de empresas e inició con McKinsey. Mientras tejía la estrategia de clientes del sector financiero, cursó un Executive MBA en la IESE Business School de la Universidad de Navarra.
Española de nacimiento, llegó a México hace 18 años, por su esposo, a quien conoció en su primera maestría, un ingeniero mexicano que trabaja en la Bolsa de Valores.
Confiesa que siempre le llamó la atención administrar el patrimonio de los demás. Le tocó ver la transición de ING, que en México ya era una “gran empresa de seguros pero más enfocada en autos y daños”, cuando el holding holandés quería enfocarse en personas, no sólo en la protección, sino también en inversiones.

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