Soplan nuevas tendencias en el mundo del trabajo. En Estados Unidos habrá cada vez menos hombres de raza blanca en las organizaciones de todo tipo, mientras que aumentará la participación de las mujeres y las minorías étnicas –especialmente hispanas y asiáticas–. Al mismo tiempo, con el aumento de la esperanza de vida y el decrecimiento de los índices de natalidad, el mercado laboral contará con personas de mayor edad en los próximos años. Todo lo anterior tendrá implicaciones importantes en varios aspectos:
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Herramientas. Los niveles educativos son mucho más bajos entre los inmigrantes. Por ejemplo, menos de 25% de la población mexicana que reside en el país vecino cuenta con un diploma de bachillerato o de un nivel superior. Sin embargo, los nuevos graduados de high school representan menos de 1% de los individuos que anualmente se incorporan al mercado laboral. Como resultado, crece la brecha entre los trabajadores con más herramientas –cuyas percepciones continúan incrementándose– y los inmigrantes.
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Idioma. Recientes estudios realizados entre la población hispana y asiática muestran que cerca de la mitad de las personas que forman estos grupos no hablan bien inglés.
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Edad. Un creciente número de personas mayores no podrá ser sostenido por la población joven. De no tomar medidas pronto, la seguridad social se agotará en 2029.
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Género. Si bien el cambio más dramático de los últimos 30 años ha sido la participación femenina en el mercado laboral, existe evidencia de la desigualdad en las remuneraciones (ellas perciben $0.79 dólares por cada uno que ganan ellos). Los programas dirigidos a la mujer deberían considerar el binomio familia/trabajo. Por desgracia, las leyes en vigor limitan a los empleadores para ofrecer contratos más flexibles. Falta mucho por avanzar.
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