El programa económico del gobierno de Vicente Fox incluye reformas fiscales y laborales, liberalización del sector eléctrico y privatización. Sin la mayoría en el Congreso, las dificultades para concretar estas medidas persistirán en la segunda mitad de su mandato.
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Quizá se realice alguna transformación del sector eléctrico en 2003-2004, pero es factible que no involucre al sector privado, lo cual era el objetivo del gobierno. Es posible que se retrase también el progreso en otras áreas referentes al
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A pesar de una caída en los ingresos extraordinarios, de la presión de los gobiernos estatales y algunos legisladores para incrementar el gasto, el deslizamiento fiscal debe ser modesto. Esto debido a que el gobierno continuará subordinando las metas a largo plazo –tasas de alto crecimiento y creación de empleos– a la reducción del déficit, el control de la inflación y la administración de la deuda.
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La política monetaria se enfocará en México a mantener la inflación anual en niveles de un solo dígito. Este procedimiento ayudará a que la economía se recupere rápidamente una vez que se eleve la demanda de Estados Unidos por las exportaciones mexicanas. El crecimiento económico estará basado más ampliamente en el periodo de pronóstico que en la década de los 90, con un país menos vulnerable a las incertidumbres externas, las tasas de interés en niveles históricamente bajos y más crédito disponible.