En 1986 existían en México sólo 42 sociedades de inversión; en julio de 2000 la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) registraba ya 325. El crecimiento en el número y activos de estas compañías ha sido consistente, entre otras cosas gracias a que las reformas de la ley que las rige han dado mayor confianza a sus clientes.
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Actualmente, diversas empresas ofrecen rendimientos hasta del doble que los bancos y con un mínimo nivel de riesgo, lo cual ha contribuido a ir popularizando poco a poco esta forma de ahorro y a que el terreno ganado a las instituciones bancarias sea cada vez mayor. Una de estas firmas es Adición Fondos de Inversión, operadora calificada por Fitch, que desde agosto del año pasado ofrece varios productos con rendimientos anualizados hasta de 6%.
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La organización cuenta con una cartera de $50 millones de pesos, todo en papeles gubernamentales, lo que le ha valido la calificación aaa1 por el bajo riesgo de sus transacciones. Para Emilio Olávarri, directivo de la compañía, es importante que la gente comience a familiarizarse con los servicios, pues "son la mejor opción para obtener mayores rendimientos con el mínimo peligro".
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Adición atiende a ahorradores de clase media, con un patrimonio de más de $10,000 pesos y hasta un millón. "Ese es el nicho que queremos atacar porque la gente generalmente invierte en el clásico pagaré bancario o en la cuenta maestra, obteniendo rendimientos verdaderamente pequeños", apunta Pedro Olávarri, director de la corporación.
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Para finales de 2002, la empresa planea captar alrededor de $600 millones de pesos en fondos bajo su administración o signar nuevas alianzas –como la que tienen con Prudential Apolo– y abrir un par de sucursales. Las expectativas no sólo son buenas para Adición, "en general, las sociedades de inversión tendrán un incremento brutal, ya que mucha gente migrará de la captación tradicional hacia ellas", afirman los entrevistados.
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