“No, no, la empresa no está en dificultades.” Así se resume el discurso de Bernardo Quintana Isaac, presidente de Grupo ICA, quien anunció la reestructuración operativa y financiera del consorcio para enfocarse en su negocio principal.
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¿Qué implica esto? Una dieta rigurosa: reducción de activos “no estratégicos” por $2,000 millones de pesos, disminución de deudas –preferentemente de corto plazo– por $4,000 millones de pesos, reducción de gastos operativos por $250 millones al año y recorte de 20% en la plantilla de ejecutivos. La empresa constructora más grande de México dirá adiós a su participación en Ferromex y en el complejo eléctrico de Samalayuca, para concentrarse de lleno en sus orígenes: construcción pesada, urbana e industrial. “Es donde nuestras ventajas competitivas son mayores”, subrayó Quintana. No vaya a pensarse, por favor, que se encuentra en dificultades financieras.