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<i>Chile</i> <br>Los beneficios de un ac

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Las inversiones chilenas en México superan hoy $41 millones de dólares, cifra récord en las relaciones bilaterales. Sin duda que el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) entre ambos países —suscrito en 1991 y que a partir de enero de este año permite que 94% de los productos intercambiables puedan circular con arancel cero— tiene que ver con este auge.

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Aun así, frente a la crisis mexicana, los empresarios de ese país se dividen entre los que toman las cosas con calma y ven sus inversiones como un simple “gasto de desarrollo de nuevos mercados”; los que no disimulan su regocijo ante los éxitos alcanzados hasta ahora y están decididos a seguir invirtiendo, y los más herméticos a la hora de adelantar sus nuevos movimientos.

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Antonio Rodríguez, director de Codexim (exitoso broker de harina de pescado) y pionero de los inversionistas chilenos en México, declara a EXPANSIÓN que “el negocio (aquí) dejó rápidas ganancias, las que fuimos reinvirtiendo para atender clientes estadounidenses, neozelandeses y otros”.

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Apenas entró en vigencia el ACE, Rodríguez se asoció a las familias Bon Echeverría e Ibarra y fundaron Cofrumex en el puerto de Manzanillo, donde instalaron una terminal frutera con avanzados sistemas de congelamiento. La empresa llegó a importar 11 millones de cajas de fruta chilena y, a través de Codimex, 80% de la harina de pescado que llegaba al país.

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Aunque admite que el tequilazo fue un golpe duro — “el año pasado se transportaron a México sólo 350,000 cajas de fruta”—, se muestra optimista en que el país superará sus problemas, que se trata de un mercado muy amplio y que cuentan con las facilidades del ACE. Así, este año planifican entrar con medio millón de cajas.

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En 1993 llegaron al país el grueso de las inversiones chilenas. Entre ellas, Entel (telecomunicaciones), el Grupo Matte (banca e informática), Softland (informática), Morgan (impresión gráfica) y Molymet (molibdeno). En 1994 lo hizo Soquimich (fertilizantes) y la última gran inversión, en 1995, fue por parte del consorcio eléctrico Endesa-Enersis, por un monto de $20 millones de dólares, constituyéndose en la más grande operación comercial de empresas chilenas en el país.

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Inversión diversificada
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Eugenio Yunis, gerente general de Entel Internacional, manifiesta que México, más allá de la crisis, es un mercado inmenso y atractivo. Por ello se han planteado, en una primera etapa, instalar una pequeña representación en el Distrito Federal para negociar con otros -carriers internacionales. “Nuestra idea es conocer muy bien el país y estar presentes cuando se abra el mercado de larga distancia que es el que realmente nos interesa; entonces sí invertiremos fuerte y asociados con un conocido -carrier mundial”, anuncia. Se estima que hasta ahora dicha empresa ha invertido en México cerca de $1.7 millones de dólares.

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Según Manuel Silva, gerente general de Morgan Impresores, han tenido “muy buenas ganancias desde 1994, cuando concretamos nuestras inversiones asociándonos con un grupo local”. Estima que el capital e la empresa aquí ya asciende a los $12 millones de dólares.

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Por su parte, el poderoso Grupo Matte instaló en México el banco BICE, que adquirió 20% del Grupo Rothschilds México. Además, a través de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, Matte ha invertido en el sector informático mexicano por valor de $1.5 millones de dólares.

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Softland también ha invertido en este último sector pero sólo por un monto de $500,000 dólares y Molymet construyó una planta productora de óxido de molibdeno cuyo costo alcanzó $3.7 millones. En tanto, Soquimich instaló dos plantas mezcladoras de fertilizantes con una inversión de $6 millones.

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Entretanto, en el sector bancario se aprecian movimientos que podrían derivar en próximas inversiones. Por ejemplo, el chileno Banco de Crédito e Inversiones (BCI) acaba de firmar un acuerdo estratégico con el Banco de Crédito de Perú. Éste contempla una expansión conjunta —a través de la instalación de financieras— en México y también en Argentina y Colombia. En todo caso, consultados por EXPANSIÓN, los ejecutivos del BCI no quisieron hacer anuncios más concretos “hasta que el proyecto madure”.

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Por último, se han detectado —sin especificar montos— otra serie de inversiones chilenas. Se sabe que muchas se concentran en Hermosillo, donde una empresa ligada al millonario José Luis Ibañez (accionista de la línea aérea Ladeco), otra conocida como SUMYT (Suministros y Tecnologías) y una tercera, la Compañía Río Blanco, ha adquirido extensos parronales y pretende competir fuertemente en el mercado frutícola a partir de este año.

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