Luego de siete años de ausencia en México, la firma japonesa de automóviles de lujo afina los últimos detalles para reiniciar operaciones en octubre. Sólo que en esta ocasión no lo hará apadrinada por Nissan.
Infiniti buscará posicionarse como una marca independiente. "El objetivo es que el público distinga la marca de productos y servicios especializados en el cliente premium", indica Omar Zúñiga, gerente de Productos y Precios de Infiniti en México.
La comercialización de unidades, así como los servicios de asistencia técnica, se realizarán en cinco centros Infiniti ubicados en el DF, Guadalajara y Monterrey.
La marca contará con su propia división financiera: Infiniti Financial Services (IFS), la cual ofrecerá a empresas y particulares opciones de crédito tradicional y arrendamiento.
La gama de modelos está formada por el sedán deportivo G37 y su versión coupé, el sedán M56, el crossover deportivo FX50 y el SUV de lujo de tamaño completo QX56. El precio de las unidades está entre 45,000 y 90,000 dólares según la versión y el modelo.
El regreso de la marca responde a que la venta de autos de lujo va en ascenso. Cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) apuntan que de enero a junio el segmento creció 4.9% comparado con el mismo periodo de 2010. "Es el mejor momento para volver", dice Cinthya Flores, gerente de Mercadotecnia y Comunicaciones de Infiniti México.