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Inversión alcoholizada

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

El de 1994 pasará a la historia de México como uno de los años más sangrientos y difíciles de los que se tenga memoria en el pasado reciente. Como consecuencia de los acontecimientos políticos y sociales que enturbiaron el clima durante los primeros meses del año, se llegaron a vivir dramáticas consecuencias económicas, las cuales se agudizaron en la última semana de diciembre.

- Al ritmo de devaluar y subir tasas de interés, se trató de encubrir errores y la falta de precisión en las medidas aplicadas. Quizá las fallas no hubieran sido tan agudas si las estrategias hubieran tomado otro ritmo y otra dimensión. Sin embargo, lo urgente es llegar a respirar una mayor tranquilidad.

- La innegable realidad es que la economía se encuentra entrampada en una de las crisis económicas y financieras más importantes de la historia de México. Y un elemento que jugó un papel muy importante fue la inversión extranjera. Sobre todo por que su llegada fue principalmente a través de la inversión en cartera, es decir, vía Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Una consecuencia era que en cualquier momento ésta podía volverse altamente volátil y salir de inmediato en busca de mejores horizontes.

- Signos
Durante todo el año pasado la inversión extranjera en bolsa se fue extinguiendo. Primero por Chiapas; después, por el asesinato de Luis Donaldo Colosio y por los secuestros de Alfredo Harp Helú y Ángel Losada; finalmente, por el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu y el cambio de poder. Nada se hizo por retenerla, y mucho menos por tratar de que ésta se convirtiera en inversión real directa.

- Al devaluar y subir las tasas de interés en el endeudamiento interno y externo por parte del gobierno federal, se ha complicado el manejo del problema. Una de las principales preocupaciones al principio del presente año fue encontrar una salida honrosa y responsable, amortizando posiciones en Tesobonos que representan un gran compromiso del gobierno federal, sobre todo ante los acreedores del exterior. Sin embargo, con esta salida el problema no se soluciona del todo. El poner en marcha los apoyos que se ofrecen desde el exterior vuelve evidente que la crisis tendrá repercusiones de gran magnitud, pues un mayor endeudamiento del gobierno pronto dejará sentir sus consecuencias en las economías de todos los mexicanos.

- El balance de la llamada cuesta de enero fue una devaluación importante y tasas de interés internas que han llegado arriba del 40% en el mercado primario. Con ello es seguro que, además de presionar a los deudores, se pone la base para ampliar las carteras vencidas de los acreedores. Además, se establecen expectativas para la inflación de los próximos meses.

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- En este esquema –por el que las tasas cambian de tendencia y ahora se mantienen en una posición al alza, así como con una nueva paridad peso-dólar–, no se dejaron esperar los ajustes en los precios de distintos productos al consumidor. Lo preocupante es que no se aterrice con un efectivo plan anti-inflacionario, que evite la estampida de precios y el desabasto especulativo, pues puede desatarse una espiral que será difícil de controlar.

- Para acabar, un tequilita, por favor
Todos estos acontecimientos impactaron al mercado accionario de la BW. De acuerdo con los caza-oportunidades, hubo verdaderas gangas en el mercado bursátil.

- Pero este crack también tuvo repercusiones a nivel internacional y la ayuda del gobierno de Estados Unidos es, en gran medida, una respuesta a las expectativas de infección de la cruda económica de México. Sin embargo, las abruptas caídas de las bolsas de Brasil, Argentina, Chile y Perú sólo refuerzan la idea de que la globalización de los mercados tomó a varios por sorpresa. El "efecto tequila" -como se le bautizó a esta crisis es producto de una falta de información hacia el exterior y hacia el interior, a lo que se agrega la decisión de venta por parte de inversionistas que confiaban en la región.

- A algunos les queda el consuelo de que, lo único bueno de dicho efecto es que, al menos, podrán decir ¡salud! para olvidar la amarga Navidad de 1994 y el crítico inicio de 1995.

- El autor es licenciado en finanzas. Actualmente es catedrático y articulista del periódico El Financiero.

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