Juventud, divino mercado
Alejandro Franz / Seat de México
Director General
Producto: IBIZA
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Cuando Seat, filial de Volkswagen, comenzó sus operaciones en México, en marzo de 2001, pensaban cerrar el año con un máximo de 7,500 unidades vendidas, pero el número fue de 11,843. La mitad eran Ibiza. Más de 5,000 coches no estaban nada mal para unos novatos que entraron a echar arrancones contra aguerridos subcompactos como Renault Clío, Ford Fiesta, Corsa, Peugot 206 y Pointer.
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En 2002 la firma ya puede considerarse uno de los líderes, pues según ella ya se ubica en el quinto lugar del mercado automotriz nacional, inmediatamente después de Nissan, General Motors, Volkswagen, Ford y Chrysler. De enero a agosto de este año vendió 16,000 unidades –otra vez 50% de Ibiza– y estima continuar a un ritmo de 2,000 autos al mes, o sea, cerrar 2002 con ventas de 24,000 unidades, aproximadamente. Con ello tendría más del 3.5% del mercado automotriz en México.
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“Creemos en ofrecerle al cliente el tipo de producto que le gusta y que está pidiendo. Algunas marcas como que empiezan a copiarnos dónde hacer promociones y cómo enfocarse a los jóvenes”, asegura Alejandro Franz, director general de Seat de México. Para hacer ruido entre los chavos, utilizó plataformas como universidades, bares, antros, estaciones de radio como WFM, además de patrocinios en el reality show Operación Triunfo y discos de música electrónica.
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La empresa nació en España en 1950 y fue adquirida por Volkswagen en los 80. Según el directivo, parte de su éxito en México “es el gusto europeo, que en el país es una gran tendencia. Es una inclinación por lo práctico, lo seguro y el excelente manejo que tienen los autos del viejo continente.”
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Casi desconocida en toda Latinoamérica hace algunos meses, Seat tiene hoy 33 puntos de venta en la república mexicana. “Es un producto de moda, que te da valor por tu dinero; es atractivo por su diseño y muchas otras cuestiones. No es como la ropa, no pasa de temporada. Seat es una marca que viene con todo”, asevera el entrevistado.