En unas cuantas horas David Beckham, el último fichaje del Real Madrid, aportó al equipo $750,000 dólares, al venderse 8,000 camisetas con su nombre y el número 23.
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Si la fiebre merengue tiene ese impacto en tierras mexicanas, el sello Real Madrid podría convertirse en uno de los negocios más rentables de los últimos tiempos.
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Muestra de ello es que, al abrirse las inscripciones para la primera escuela del equipo español en nuestro país, en un solo día se afiliaron más de 280 alumnos.
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Las negociaciones para llevar por primera vez la marca más allá de España se iniciaron en 2001, cuando Mauricio Vázquez Ramos, hijo de Mario Vázquez Raña y presidente operativo de Organización Editorial Mexicana, entró en contacto con los directivos del Real Madrid para sondear el terreno.
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El ejecutivo le propuso la idea a Alejandro Burillo, presidente de Grupo Pegaso, quien en los últimos tiempos ha sido el encargado de comercializar la imagen y los derechos de la Selección Nacional de Futbol, con compromisos por $25 millones de dólares hasta 2006.
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“La química entre Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, y Alejandro Burrillo, terminó por cerrar el trato”, cuenta Octavio Fernández de Teresa, quien representaba al Grupo Pegaso en Europa y es hoy director del proyecto Real Madrid México.
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El 13 de julio se firmó el convenio, que promete ser la punta de lanza para la expansión mundial del equipo blanco hacia regiones como el Medio Oriente y Asia.
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El trato incluye la creación de academias de futbol, productos licenciados, tiendas franquiciadas, el sito web (realmadrid.com), la revista Hala Madrid, el carnet del equipo y el canal de televisión Real Madrid TV, entre otros.
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Los concesionarios de la escuela de futbol eligieron a la Universidad Anáhuac de entre 40 opciones. Ahí se prepararán unos 1,000 jóvenes de entre seis y 18 años, con la ilusión de llegar algún día a las filas del mejor equipo del mundo.
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Fernández de Teresa asegura que Burillo hizo un buen negocio, pues según algunas encuestas, la marca Real Madrid está casi tan bien posicionada como Coca-Cola.
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Si la pasión de los aficionados mexicanos genera dividendos, el equipo liderado por Burillo expandirá la fórmula hacia Estados Unidos y América Latina. Además, en caso de que surja una gran figura de la cantera mexicana, los derechos de imagen, souvenirs y demás recuerdos garantizarían un negocio tan redondo como un balón.