Tumbaos, danzones, huarachas, merengues, boleros, en breve, los sonidos del Caribe, han dado la vuelta al mundo, y en la última década han tomando por asalto discotecas y clubes nocturnos que ahora se hallan convertidos en centros de esta sensual música.
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En México jamás ha pasado de moda, pero en los últimos tiempos su renovada aceptación es innegable.
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Y para quienes se suman a aquella frase de “La rumba es cultura”, acuñada por Froylán López Narváez hace más de dos décadas, un disco imprescindible es Presentando a Rubén González, de la firma Corason.
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Asombra que este gran compositor y ejecutante no hubiera grabado como solista, pese a que su discografía se remonta a 50 años atrás, cuando comenzara a grabar con otro legendario: Arsenio Rodríguez.
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En 1996, González –ya con 77 años a cuestas– se había retirado oficialmente de la música cuando el gran guitarrista estadounidense Ry Cooder y el promotor Nigel Williamson lo arrancaron de su aislamiento para darlo a conocer más allá de las camarillas de iniciados. Hoy se refrenda la frase de Cooder: “(González es) el mejor pianista que jamás haya escuchado en mi vida. Una mezcla cubana entre Thelonius Monk y el Gato Félix.”