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Latinoamérica protesta

Con reformas se busca transformar a la policía en parte de la solución a la criminalidad generaliz
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

En varios países de Latinoamérica, 2004 será recordado como el año en el -que la población salió a protestar a las calles contra del crimen. Cientos de -miles se han volcado a las calles de Buenos Aires y ciudad de México en repudio -a la inseguridad. En Brasil, las protestas precedentes ayudaron a generar apoyo -para una nueva ley, en vigencia desde septiembre, que restringe la posesión de -armas de fuego.

- En toda la región las encuestas de opinión indican que el crimen se ubica -como la segunda preocupación después de la economía. El repudio severo a la -inseguridad se ha transformado en un móvil para ganar elecciones: El nuevo -presidente de El Salvador, Tony Saca, hizo su campaña con base en ello, lo -mismo que el presidente de Guatemala, Óscar Berger. Gracias a su iniciativa -inflexible de “seguridad democrática”, el presidente de Colombia, Álvaro -Uribe, goza de mayor apoyo popular que cualquiera de sus pares del resto de la -región.

- Lo que hace que tantos latinoamericanos salgan a la calle es la sensación de -impotencia ante un deplorable sistema de justicia. Las estadísticas son malas y -poco confiables. Pero en muchos países es frecuente el crimen violento. Algunos -delitos particularmente desagradables como el secuestro están aumentando en -México y en Argentina. En Guatemala, más de 350 mujeres han sido asesinadas en -lo que va del año. En Colombia están disminuyendo los asesinatos y los -secuestros, pero no sucede lo mismo con otros delitos. Según una encuesta -publicada el mes pasado, realizada por la agencia nacional de estadísticas -sobre las tres ciudades más grandes del país, en 2003 hubo 44 robos por hora -en Bogotá, mientras que en Cali 12 de cada 100 personas fueron víctimas de -algún delito. A pesar de los esfuerzos de Uribe, sólo uno de cada tres dijo -sentirse más seguro que el año pasado.

- Algunas de las causas de delitos tienen su origen en las condiciones -socioeconómicas: la pobreza y la desigualdad; la urbanización caótica y -veloz; la falta de empleo, especialmente entre la creciente población juvenil. -El narcotráfico ha dado origen a poderosos grupos delictivos, pero la -trasgresión del delito es habitual porque los delincuentes rara vez son -apresados y castigados.

- En México, un estudio reciente del CIDAC, un centro de estudios en la -materia, encontró que 96% de los delitos cometidos entre 1996 y 2003 quedaron -impunes. Sólo aproximadamente 8% de los casi 50,000 asesinatos cometidos cada -año en Brasil llegan a ser enjuiciados. Por lo tanto, muchos latinoamericanos -no se toman la molestia de denunciar un delito: en México los funcionarios -estiman que 75% no se reportan.

- La polecía
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Los latinoamericanos ven a la policía como parte del problema y no de la -solución. En el sondeo Latinobarómetro de este año realizado en 18 -países, sólo una de cada tres personas tiene confianza en la policía (Chile -es la excepción). Y con razón: a menudo la policía es abusiva, corrupta, -incompetente o gangsteril.

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- No resultó sorprendente que en el asesinato de siete personas en Sao Paulo, -en agosto pasado, dos de los cuatro sospechosos fueran policías. En Brasil “es -frecuente el uso de la violencia policial en contra de civiles”, fue la -conclusión de un investigador de las Naciones Unidas a comienzos del año. En -Argentina, dos altos funcionarios de la tristemente célebre fuerza provincial -de Buenos Aires han sido acusados de aceptar sobornos para hacerse de la vista -gorda ante el secuestro de Axel Blumberg, estudiante, cuyo asesinato en marzo -desató las marchas de protesta. En México la policía ha estado involucrada en -diversos delitos que van desde el asalto callejero, el narcotráfico hasta el -secuestro.

- En parte, lo que está mal con las fuerzas policíacas de Latinoamérica -surge de la historia. Durante las dictaduras la policía se militarizó y se -convirtió en el brazo pobre del ejército. De ahí surgió la idea de que la -función de la policía es mantener el orden público más que prevenir o -resolver delitos.

- Además, formar parte de la policía no se considera una carrera respetable. -Los salarios son bajos y son comunes los abusos de los superiores.

- A menudo, la organización es defectuosa y se compone de muchas fuerzas o -unidades diferentes que rivalizan entre sí. Para dar respuesta a la -corrupción, los gobiernos generalmente optan por nuevas unidades de “élite” -en vez de implantar reformas de base. Docenas de fuerzas diferentes operan en la -actualidad en la ciudad de México.

- En Brasil, la mayor responsabilidad de vigilancia recae sobre los gobiernos -estatales. Cada uno de ellos tiene una “policía militar” cuyo trabajo es -impedir delitos y hacer arrestos, y una “policía civil” más pequeña que -se encarga de las investigaciones. Es rara la cooperación entre ellas. En -aproximadamente 300 ciudades, los alcaldes establecieron el sistema de “guardias -municipales”, algunos de los cuales actúan como fuerzas policiales -diplomadas.

- La agenda de la reforma
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Muchos de los que abogan por la reforma enfatizan la necesidad de una mejor -administración, el castigo severo a la corrupción y, en los países con -sistema de gobierno federal, la fusión o asociación de las diferentes fuerzas. -También desean la “vigilancia comunitaria” (relaciones más cercanas entre -la policía y el pueblo) y mejores condiciones laborales y capacitación -policial. Muchas de estas medidas están vinculadas. “La vigilancia -comunitaria sólo es posible si la población ve un liderazgo categórico -dispuesto a hacer una limpieza real en la policía”, dice Gino Costa, ministro -del Interior de Perú en el periodo 2002-03.

- El Salvador y Colombia fueron los pioneros. En 1993, como parte de un acuerdo -de paz para concluir la guerra civil, las Naciones Unidas organizaron una fuerza -policial totalmente nueva en El Salvador; sus miembros fueron reclutados tanto -de las fuerzas militarizadas que existían anteriormente (y que luego se -abolieron) como de los ejércitos guerrilleros desbaratados.

- En Colombia, los gobiernos nacionales y locales han hecho esfuerzos para -reducir los delitos violentos. Uribe ha emplazado estaciones de policía en 158 -ciudades que carecían de éstas. Antanas Mockus, ex alcalde de Bogotá, la -redujo con campañas educativas y una regulación más estricta de las armas y -el alcohol. Desde 1994, la tasa anual de asesinatos en Colombia ha decrecido de -28,000 a 23,000.

- En Perú, un grupo de civiles reformistas asumió el control del Ministerio -de Interior, invadido por la corrupción durante las presidencias de Alberto -Fujimori (1990-2000). Sus cambios incluyeron la purga de una fuerza con una -cúpula absurdamente numerosa; la creación de una oficina especial -anticorrupción y de un ombudsman policial. Pero la reforma fue resistida -por los comandantes y por el partido de Alejandro Toledo, actual presidente de -Perú.

- Tanto en México como en Brasil se están realizando experiencias de reforma -a nivel local. En Aguascalientes la academia de policía se ha transformado en -un nuevo Instituto de Seguridad Pública. Organizado en un sistema similar al -universitario, el Instituto ofrece un título profesional en criminología. Los -alumnos son evaluados minuciosamente para evitar los “del tipo Hollywood” -cuyo principal interés es disparar armas o aquellos que podrían convertirse en -delincuentes, señala Lucila Guerra, la joven directora del Instituto.

- En Brasil, bajo el “sistema de seguridad pública unificado” del gobierno -federal, los Estados que adoptan sus normas de buena vigilancia comparten un -fondo de $125 millones de dólares, lo que es especialmente importante en las -entidades pobres y pequeñas del noreste. Luiz Fernando Correa, secretario de -Seguridad Nacional, dice que el gobierno federal va a capacitar a 1,500 -policías militares este año en técnicas de control de multitudes.

- El pueblo hace catarsis
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Además de la resistencia interna, los reformistas enfrentan dos obstáculos -más. El primero es que la policía es sólo uno de los lazos en la cadena de -ejecución de la ley. Mientras que no existan cambios en las cortes judiciales y -en los fiscales, la mejora en la fuerza policial no asegurará que los -delincuentes sean castigados. El segundo peligro es que el enojo público lleve -a la demanda contraproducente de la represión.

- En varios países de América Central se otorgó a la policía poderes -draconianos para arrestar y encerrar a miembros de pandilla juveniles de mala -reputación. Sin embargo, esto no ha reducido la tasa de asesinatos. En El -Salvador, las pandillas son responsables de 60% de todos los crímenes. -Controlarlas requiere de medidas preventivas como mejor educación, un control -más estricto del uso de armas y más empleos, argumenta José Miguel Cruz, -criminólogo de la Universidad de América Central.

- En Argentina, la demanda de los promotores de sentencias más prolongadas -ignora el efecto que ésta tendría en las prisiones ya superpobladas. Allí, la -presión pública podría hacer que la reforma signifique algo más que una -purga de la policía.

- La tarea para los políticos de Latinoamérica es responder al enfado -público sin permitir que éste descarrile las reformas a largo plazo en la -policía, tan urgentemente necesarias.

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