La agencia calificadora de riesgo Moody’s Investors Service tiene nervios de acero. Nada le asusta. No importa que México no concrete las reformas pendientes en los ámbitos fiscal, energético o laboral.
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Tampoco le interesa la guerra en Irak ni los efectos que ésta pudiera tener en el país, ya fueran por un menor crecimiento o por posibles represalias a las decisiones del gobierno en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
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Ni siquiera está preocupada por que el PAN no logre una mayoría en el Congreso en las elecciones de julio próximo, lo que ayudaría a aprobar los cambios estructurales pendientes, ni quién gane los comicios en 2006.
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Basta con que los partidos políticos se pongan de acuerdo para mantener la disciplina fiscal y México seguirá avanzando hacia el grado de inversión.
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“Si el déficit del gobierno se mantiene bajo y todo lo demás se conserva estable, se incrementará la calificación de riesgo de del país”, advierte Vincent Truglia, director de Instituciones Financieras y del Grupo de Riesgo Soberano en la casa consultora.