En las más exitosas experiencias de desarrollo industrial competitivo de las últimas décadas, ya sea en Japón y en las naciones del Pacífico asiático como en algunos de los más importantes países europeos, el Estado ha jugado un papel de primer orden. Ha participado en la selección de proyectos y sectores estratégicos, otorgando estímulos fiscales, financiamientos blandos, esquemas de promoción comercial y monitoreo de mercados, capacitación, progreso tecnológico, desarrollo de infraestructura productiva y de distribución e incluso protección selectiva de los mercados internos afectados por prácticas de comercio desleal.
- En México luego del fugaz intento de promoción industrial y comercial desarrollado durante el sexenio 1982-1988, el gobierno mexicano se ha negado a reconocer este papel protagónico en la creación de condiciones adecuadas para el desarrollo de sistemas industriales competitivos. Ha asumido, en cambio, un papel pasivo y conservador que ha dejado en manos de los inversionistas privados la resolución de la mayor parte de estos problemas y, lo que es peor, no pudo establecer un régimen comercial y aduanero capaz de garantizar condiciones justas de competencia en los mercados internos del país.
- Por esto, los líderes de las cámaras y confederaciones industriales demandan la necesidad de instrumentar una política de promoción industrial integral, que sustituya el enfoque monetario y financiero de la economía por uno de cambio estructural, generador de empleo e inversión productiva. Así, en la reciente Asamblea General Ordinaria de la Concamin, el gran tema fue la necesidad de implantar una "política industrial que trascienda los horizontes sexenales y que proyecte sus instrumentos estratégicos hacia el largo plazo".
- Los objetivos estratégicos de esta política industrial debieran ser:
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- Fortalecer la presencia y participación de los organismos de representación industrial en la elaboración de las políticas que afectan al sector;
- Impulsar una nueva fase de industrialización competitiva con énfasis en el fortalecimiento de la micro, pequeña y mediana industria;
- Vincular el desarrollo regional como eje estratégico de las acciones de promoción industrial;
- Propiciar la especialización productiva y fortalecer la vocación exportadora de la industria;
- Promover una nueva cultura productiva que se finque en el cuidado ambiental, la innovación tecnológica y la calidad total.
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