Por el legado del vocho
GM Posición en las 500 4
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Hace apenas una década hubiera sido impensable. Habría sido el hazmerreír de sus rivales y de los sorprendidos consumidores. Hoy, un auto color naranja pretende mantener a la cabeza de la industria al mayor fabricante de autos de México y el mundo. Se trata del Chevy C2, de General Motors (GM). Y su color insignia es el naranja.
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La tarea de mantenerse a la cabeza no será fácil. GM es el líder en producción y ventas de autos en México con rentas por casi $119 millones de pesos. En buena medida, lo ha logrado gracia a la introducción, desde 1996, del Chevy. Y además de él, la gama de autos subcompactos y compactos, cuyo origen es la filial europea Opel y que se venden bajo la submarca Chevrolet.
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El Chevy ha disputado desde su nacimiento el liderazgo que paulatinamente le cedió el Volkswagen Sedán o Vocho. El año pasado, sin embargo, no vivió su mejor periodo. El auto más vendido fue el Tsuru, de Nissan; seguido del Ka, de Ford; Pointer, de VW y Platina, de Nissan. El pequeño GM ocupó la cuarta posición.
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Ahora con su nuevo y anaranjado modelo, la firma está dispuesta a regresar este año por sus antiguas glorias. Durante el primer cuatrimestre del año, el C2 lleva la delantera en ventas. Según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (amia) se han vendido 25,000 unidades frente a las 21,000 comercializadas del Tsuru y a las 20,000 del Pointer.
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Pero nada está escrito. Su éxito dependerá de la mercadotecnia y el crédito que otorguen sus concesionarios. Sobre los hombros del pequeño Chevy se aloja una carga titánica. De acuerdo con Arturo Elías, director de GM de México, su tarea es defender y aumentar la participación de la firma en el país.
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El benjamín
En el portaequipaje, GM guarda las armas que empleará para hacer de su auto más chico, un gladiador. Para empezar, un nuevo diseño, que incluye 36 mejoras, entre las que destaca una estructura más sólida, con mayor seguridad y reducción al mínimo del ruido exterior. Por lejos, el cambio mayor es en la fascia, esta vez del mismo color que el resto de la carrocería.
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Y mejor aún. Esos cambios estuvieron a cargo por primera vez en la empresa de un equipo de diseñadores mexicanos, encabezados por Miguel Calderón, de la planta de GM en Toluca. Su participación estuvo concentrada en el interior del auto. Por eso, la firma en México ganó la distinción del director global, Rick Wagoner, la única que se ha otorgado a una filial de GM en América Latina.
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A pesar de los laureles, la plataforma sobre la que se basa el Chevy corresponde a la generación anterior, es decir, la estructura misma del auto es diferente a la que ahora se comercializa en Estados Unidos y Europa, bajo el nombre de Corsa. Debido a esa estrategia, que resulta más económica que la implantación de nuevas plataformas, es que los autos subcompactos son capaces de reducir sus precios en el país.
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“Aunque no sea a fondo, la renovación del Chevy, que ya era un tanto añejo, le ha dado buenos resultados a GM, opina Carlos Hermosillo, analista del sector automotriz de Vector Casa de Bolsa.
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Otra de las armas de GM ha sido la reducción de precios, cerca de 14%. El C2 ya es más económico que su rival en ventas, Pointer, y sigue por debajo del Tsuru y del Platina. No obstante los esfuerzos de GM por recuperar mercado, el Chevy se encuentra aún lejos de lograr la hazaña del vocho. En 2003 su participación era apenas de 7.2% frente a casi 10% del auto de Volkswagen.
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“No creo que el C2 vuelva a ser un líder como el vocho, ya hay 20 modelos con los que tiene que competir”, opina Alfonso Tejeida, director de planeación financiera de Desc Automotriz, una de las principales fabricante de autopartes en el país.
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Para empezar, está Nissan, con dos autos situados entre los más vendidos. El año pasado, las ventas del Tsuru represetaron 9.1% del mercado, y las de Platina , 7.8%. Luego está Volkswagen, que no planea quedarse de brazos cruzados. “El Pointer de Volkswagen es fuerte y, además, ha sumado los lanzamientos de Lupo y Polo a un mercado ya muy competido”, opina César Flores, director de la amia. Sin duda, el C2 no supondrá un cambio radical en la composición del mercado de subcompactos, que seguirá en cerrada disputa, coinciden los entrevistados.
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Al margen de sus ventas, la aparición del C2 es una buena noticia para la industria automotriz nacional, porque 85% del modelo está fabricado en México. De acuerdo con Arturo Elías, significa que compran autopartes a proveedores de 11 estados del país, con lo que GM contribuye indirectamente a emplear a 30,000 personas y directamente, en la fabricación de las unidades, a 4,000 trabajadores. De acuerdo con Elías, en 2002 GM compró a proveedores locales más de $7,000 millones de dólares. Para 2003, el incremento fue de una tercera parte.
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“Las producciones con altos volúmenes –como el caso del Chevy—implica gran rentabilidad para el entorno. Se beneficia el mercado interno, con precios más bajos, las concesionarias y los fabricantes de autopartes”. explica Flores.
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En un mercado donde los subcompactos cuentan por 60% de las ventas totales de vehículos y donde cada vez hay más competencia, el diferencial entre precio y calidad es crucial. “GM continuará este año como el líder del mercado, pero sus competidores le arrancarán participación”, opina Tejeida, de Desc.
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La gran esperanza de GM son los subcompactos. Ya 66% de los autos comercializados bajo la marca Chevrolet fueron diseñados por Opel. “Por el éxito del Chevy, GM se ha concentrado cada vez más en los Opel, que incluyen también a Astra, Corsa y Vectra”, señala Hermosillo, de Vector. Vaya paradoja. Los pequeños han mantenido al gigante en la cima.
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–Con colaboración de Ricardo Loyola.