Apenas el 1 de marzo pasado, José Luis Ochoa fue nombrado secretario ejecutivo del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB). Recién llegado, asegura que el tiempo que dedica a la administración de la deuda del Fobaproa, provocada por el rescate bancario de 1995, es ya “insignificante”. Ahora, dice, su trabajo está centrado en proteger los recursos de los ahorradores y en evitar que una quiebra bancaria provoque un riesgo sistémico.
- ¿Cómo evitar que un banco quiebre?
Para evitar cualquier riesgo sistémico en la banca estamos trabajando dos tipos de ejercicios. Uno, son los simulacros, que tienen como propósito que todas las autoridades involucradas estén coordinadas, comunicadas y sepan qué hacer en caso de que un banco quiebre.
- El otro ejercicio son los análisis de estrés para conocer cuál es el impacto hipotético en cada banco de algunos factores que regularmente inciden en su salud o en su solvencia. Estas pruebas las hace trimestralmente la CNBV, que se mantiene coordinada con nosotros.
- ¿La banca mexicana está sana, está fuerte?
La situación de la banca en México es envidiable en su salud, en su solvencia, por lo que pueden soportar un crecimiento de 20% en la cartera de crédito, como lo tiene planeado el sector. Cuando nos encontramos con niveles de capitalización del sistema superiores a 16%, que es el doble del requerimiento del Acuerdo de Basilea, el espacio que tiene la banca para prestar es enorme.
- ¿Qué hay que cuidar en este resurgimiento del crédito?
De lo que tenemos que ser cuidadosas todas las autoridades es que esta derrama crediticia se haga apegada a la norma bancaria, con las mejores prácticas, con la debida responsabilidad, para tener un crecimiento sano.
- Ya vimos en el pasado que la banca puede crecer insanamente. Aquí se trata de que crezca la banca, pero con salud, debidamente supervisada. Y creemos que están dadas las condiciones.