Que trabajen los demás

Corinne Maier, la heroína francesa de la contracultura, cuenta el porqué de su libro donde aconsej

Si alguien ha de trabajar, que mejor trabaje el vecino. Éste podría ser el -lema del libro Buenos días, Pereza, que apenas apareció en México a -principios de este año, luego de causar un buen escándalo en Europa por decir -que la extrema burocracia de las empresas permite a sus empleados (sobre todo a -los de más arriba) hacer como que trabajan a cambio de un sueldo más o menos -jugoso.

- Se supone que el libro desnuda a los grandes managers y a sus gurúes, -que recetan la ética protestante (aquella de que el trabajo le da sentido a la -vida) a sus subordinados, mientras que ellos se cubren con puestos de nombres -rimbombantes y se la pasan de lo mejor en comidas “de trabajo” y reuniones -“de planeación”.

- Corinne Maier, la autora, es empleada de medio tiempo –todavía– en -Electricité de France (EDF), empresa que le sirvió como inspiración para la -caricatura de los grandes corporativos. EDF le devolvió el favor al citarla a -una “reunión disciplinaria” el año pasado. Gracias a esa amenaza de -reprimenda, Maier ganó una valiosa publicidad gratuita, que la llevó de -inmediato a las páginas de los principales periódicos franceses, británicos y -eventualmente al The New York Times.

- The Guardian, de Londres, por ejemplo, se fijó en el libro a raíz -del incidente con la empresa y lo describió como “una pieza elegantemente -escrita que llama a tomar las armas a los ‘neo esclavos’ y a los ‘condenados -del sector servicios’, sentenciados a vestirse como payasos toda la semana y a -desperdiciar su vida en reuniones sin sentido”. Con esta descripción, el -libro podría ser subversivo.

- En buena parte de las 75,600 respuestas que da Yahoo! cuando se busca el -nombre de la autora, se recurre a la definición que de ella hizo The New -York Times: “la nueva heroína de la contracultura” (título aprovechado -en la contraportada de la edición mexicana).

- “Mis jefes detestaron el libro –dice Corinne Maier en una entrevista con Expansión– -creyeron que me burlaba de ellos (lo que no es enteramente falso, pero como no -nombro a nadie y no doy el nombre de la empresa no veo dónde está el -problema). Quisieron sancionarme, lo que ayudó al éxito del libro. Por esa -estupidez les digo gracias desde el fondo de mi corazón. Sí, conservo mi -trabajo, bueno, por el momento, aunque les moleste mucho que todavía esté -allí”.

- Sin embargo, el texto también puede ser una guía para que los directivos -encuentren en dónde se pierde productividad. Tal vez podría ser un manual de -la contraguerrilla. Maier concede: “Creo que ciertos patrones son inteligentes -y sacarán del libro consecuencias positivas para sus empresas, tratando de -nombrar pequeños jefes que no sean demasiado estúpidos. Pero casi no creo, es -más, al contrario, que ciertos jefes lleguen a decirse: ‘Tratemos de poner a -todo el mundo en fila, formados como soldados’. Ésa es la mejor manera de -desmotivar todavía más y de tener asalariados sumisos y pasivos”.

- Como buena psicoanalista, Maier está en contra de las recetas generales. El -principal enemigo del libro, más que la empresa ‘explotadora’, es el alud -de textos de manejo de personal, llegados sobre todo de Estados Unidos. “Me -burlo de los manuales que presentan al management como un conjunto de recetas -tradicionales para actuar de manera que la gente trabaje con ganas. Ahora bien, -la mayoría de la gente se aburre en el trabajo, van como los niños a la -guardería, porque es o-bli-ga-to-rio (al menos es lo que piensan), y sobre todo -porque se les paga por ir”.

- ¡Gracias Dilbert!
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La gran mentira, entonces, sería esperar que el ser humano busque la -realización en un trabajo asalariado. Buena parte de la inspiración de este -texto viene de las tiras cómicas de Dilbert, personaje de Scott Adams, de -corbata desaliñada, que empezó como una burla a la burocracia corporativa y -que ahora ilustra al trabajador feliz en el informe anual de Fortune -sobre las mejores empresas para trabajar (y cuyas aventuras se pueden conseguir -en las tiendas de Franklin Covey). Maier dedica sesudos textos a describir -situaciones muy similares a las de Dilbert en su oficina, lo que a veces hace -sospechar que muchas de sus observaciones ‘empíricas’ sobre lo absurdo del -trabajo en las empresas se dieron en las páginas de historietas de los -periódicos.

- Y la conclusión general de Buenos días Pereza, de que es posible -escabullirse del trabajo, es una versión disfrazada de intelectual de “la -técnica de la comadreja” aplicada por Dilbert y sus amigos para trabajar lo -menos posible, o hacer que el trabajo lo hagan otros. A diferencia de la -francesa, el personaje de Adams está más asimilado al mundo del management. En -Estados Unidos, los lectores saben que se trata de una broma, que es posible -escabullirse un rato –al estilo Homero Simpson–, pero no todo el tiempo. En -Europa, a juzgar por la seriedad de las notas publicadas en los diarios, no es -una broma sino una cuestión subversiva.

- El libro recoge el desencanto del empleado medio ante los escándalos de -grandes compañías como Enron, que quebraron cuando el modelo de ‘contabilidad -creativa’ para inventar ganancias fue descubierto. ¿Para qué esforzarse, -dirán ahora los empleados, si los resultados serán que los jefes se den la -gran vida? En Francia el fenómeno también se vivió de primera mano con la -debacle de Vivendi. Y ésa es la gran incomodidad de la autora, que las empresas -demostraron que son ineficaces, que en realidad no son creadoras de valor.

- “Las empresas son irracionales y mal organizadas –dice en la entrevista–, -suprimen puestos útiles (como el de las telefonistas, casi todos desaparecidos -ya) y crean puestos inútiles de gente que sólo hace viento en el sector de las -terceras partes (estudios, asesorías...). Fíjese que a mí me gusta lo -inútil, felizmente hay algo de inútil en todo lo que inventa la mente humana. -Pero lo que me molesta es la pretensión. En mi libro tomo como blanco una -especie de suficiencia satisfecha de algunos ejecutivos y managers, cosa -que me parece totalmente ridícula”.

- Desde otro punto de vista menos desencantado que el de Maier, Seth Mnookin, -en su libro Hard News, describe los errores de “suficiencia satisfecha” -que cometieron los editores de The New York Times al permitir que un -reportero se saltara todos los filtros del periódico más respetado del mundo -para publicar una serie de mentiras en la primera plana. Este libro podría ser -un buen complemento al de Maier para analizar qué pasa cuando una compañía -permite que sus empleados dejen de trabajar y se escabullan de sus obligaciones -–tal vez con la misma inversión de energías–.

- La revista Fast Company menciona que Hard News es uno de los -tres mejores libros de management que se publicaron en 2004 –aunque no es de -ese tema explícitamente–. Mnookin describe el proceso que llevó a los -editores a saltarse una serie de controles de la empresa, que garantizaban la -productividad y eficacia de los empleados, en aras de hacer un trabajo, según -ellos, más creativo y revolucionario.

- “Las empresas no son malas, son un poco estúpidas, como la mayor parte de -las organizaciones”, sentencia Maier.

- La intención general no es destruir a las compañías desde dentro. Más -bien, que el empleado deje de creerse “el cuento” de que hay que trabajar -intensamente. Cuando se le pregunta si entonces su consejo para los gerentes es -que dejen de llenar las formas de los balanced scorecards, porque en todo -caso no podrán hacer que la gente trabaje, da esta respuesta, algo cínica: “Me -imagino que se llega a ganar dinero haciendo trabajar a la gente. En todo caso, -arrégleselas para que no sea usted el que trabaje sino su vecino más inocente -o la gente en situación precaria (los trabajadores temporarios), a los que no -les queda otra opción”.

- La antítesis del libro podría ser otro, que todavía no llega a México, -con el transparente título de Joy at Work, con nombre y portada que -evocan a los famosos Joy of Cooking y Joy of Sex (así como el de -Maier parafrasea al Buenos días, Tristeza, de Francoise Sagan). De -acuerdo con Publishers Weekly, el autor Dennis W. Bakke “cuenta la -historia real de su compañía (AES)”, en la que la gente ama trabajar y es -altamente productiva. A pesar del ataque de Maier a los libros inspiracionales, -surge éste, que canta las glorias de una firma “con ideas revolucionarias que -podrían rehacer las organizaciones estadounidenses”.

- En la entrevista se le comenta a Maier que tal vez no sea posible escapar del -trabajo en empresas bien organizadas y con objetivos claramente definidos, como -Wal-Mart. Y su respuesta: “¡Desengáñese! En todas las empresas hay lugares -donde la gente no hace nada y se ocupa de que otros hagan su trabajo. Es claro -que raramente es el caso de la vendedora o del encargado de mantenimiento, pero -es más seguido el caso de los asesores de estrategia, de los asesores de -calidad, de los responsables de proyectos algo huecos...”