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Reaseguradora del Istmo <br>La tercera e

Después de 44 años sin que se abriera una compañia de reaseguro en México, con tan sólo dos com
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Un negocio poco conocido.” Así describe al reaseguro Guillermo Retegg, director general de Reaseguradora del Istmo. Sólo de este modo se explica que en más de cuatro décadas nadie haya tenido el interés por obtener los permisos de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNFS) y de la Secretaría de Hacienda para operar en esta área de negocios que, al igual que los seguros, resulta muy redituable cuando es manejada con políticas financieras sanas.

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El directivo alude a que en los últimos cinco años el reaseguro internacional fue más rentable que las propias aseguradoras. Aún así, la poca visión de los empresarios mexicanos y la prioridad que otorgan a otros negocios ha provocado que este nicho no sea percibido en su magnitud real.

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El mercado de reaseguro en el país es discreto. Sin embargo, las tres compañías que existen en el ramo ven un gran horizonte a futuro. Por lo menos así lo expresa el directivo de Istmo, compañía que, según el reporte Actualidad en Seguros y Fianzas, al cierre de diciembre de 1997 tenía una suma de activos por $2.48 millones de pesos.

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Con poco capital –en comparación con lo que se requiere para crecer– y cauteloso de los riesgos que suscribe, Retegg asegura que en este momento la siniestralidad mexicana se encuentra dentro del promedio mundial, razón suficiente para que Reaseguradora del Istmo haya decidido “lanzarse en este momento”.

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Pero advierte: su reaseguradora crecerá dependiendo del volumen de primas que capte, siempre bajo una estrategia cautelosa al suscribir riesgos. “Preferimos un crecimiento paulatino a tener pérdidas”, comenta. Como dato complementario a la situación del gremio, Retegg indica que el reasegurador mexicano tiene la capacidad de absorber sólo el 25% del riesgo nacional, mientras el resto es cubierto por las compañías internacionales, por lo que en México todavía queda un gran mercado por explotar.

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REASE... ¿QUÉ?
Juan Ignacio Gil, presidente de la CNSF, comenta que el tema del reaseguro es nuevo incluso en la Comisión, debido a que siempre ha sido visto como la cesión de primas hacia el extranjero o algo que las aseguradoras simplemente ceden a otros giros.

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La falta de interés en el sector puede deberse, explica Retegg, a la incertidumbre y temor que puede provocar en un empresario tradicional tener que tomar riesgos en el extranjero, operaciones cotidianas para cualquier reaseguradora de cara a diversificar sus contingencias y aminorar el impacto de los siniestros.

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Para el directivo, existen varias razones por las cuales no hay reaseguradoras en México, aunque el motivo fundamental sería de tipo financiero. Por ser un negocio que requiere mucho capital, en el país ese dinero se ha invertido más bien en compañías de seguros o empresas en general. Además, continúa Gil, la competencia entre reaseguradoras internacionales es cada día más difícil, sobre todo si se toman en cuenta los activos que tienen las multinacionales de este rubro. Para un mexicano sería impensable competir con estos gigantes.

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Pero, a diferencia de la mayor parte de los negocios en donde se da una competencia descarnada entre los interesados, en el reaseguro no es así: las compañías saben que compartir el negocio implica menos riesgos y pérdidas en caso de algún accidente, ya que las coberturas y los negocios que se suscriben son millonarios.

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Retegg lo define así: en el reaseguro, un barco se puede estar hundiendo en Japón y un inversionista mexicano estar perdiendo por ello. La operación del reaseguro también es complicada. Como la forma de operar exige la diversificación de riesgos, en ocasiones en un accidente están involucradas más de 20 reaseguradoras, y tal vez éstas involucraron a su vez a otras más pequeñas que operan localmente, formándose una compleja cadena de seguros sobre seguros.

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INSEGUROS CONTRA EL RIESGO
Para Gil, otro de los problemas que tienen en México estas compañías radica en el riesgo que corren con el tipo de cambio, porque tienen que tomar posiciones en otras monedas, y eso intimida a los inversionistas. Pero al parecer esta visión no es sólo propia de México, sino que priva en toda América Latina, en donde no hay reaseguradoras privadas importantes. “De hecho –sonríe–, las mexicanas pueden considerarse como grandes en la zona.”

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Además, México no es un país clave para el reaseguro internacional, puesto que su mercado representa, cuando mucho, entre 1 y 2% del mercado mundial. Además, la posibilidad de que inversionistas extranjeros vengan a establecerse en México es improbable; prefieren establecer oficinas o filiales en Estados Unidos –país que proporciona un amplio mercado para el reaseguro– y desde ahí operar para América Latina.

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Esto, aunado a que en Centroamérica no existe una cultura del seguro y sus operaciones son poco representativas por ser países económicamente menores, constituyen razones suplementarias para explicar la falta de interés por parte de los empresarios mexicanos hacia este ámbito.

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En México existen tres reaseguradoras y no se prevé la aparición de ninguna más, según información de Ignacio López Merlo, director de Seguros y Fianzas de la Dirección General de Seguros y Valores de la Secretaría de Hacienda. “Hasta el momento no se tiene conocimiento de que algún grupo haya manifestado interés en conformar una nueva compañía.”

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Gil lo confirma. Es difícil que nuevas reaseguradoras se establezcan en México. “El mercado de Estados Unidos está muy cerca y es mucho más atractivo”, dice. Sin embargo, agrega que Patria y Alianza –las firmas con más tiempo en el mercado– han hecho una buena labor, tienen una buena cartera en América Latina y son reaseguradores importantes de nivel pequeño.

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Pero el panorama es cambiante. A los pocos días de que los funcionarios afirmaron esto, La Suiza Reaseguros compró a Patria, la compañía más grande en volumen de primas y la que tiene mayor participación de mercado en el sector, en una transacción que alcanzó los $120 millones de dólares. Dicha operación vino a confirmar la tesis de que el reaseguro a escala internacional tiende con mayor rapidez hacia la concentración del negocio entre los monopolios multinacionales.

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El reaseguro es una industria que se desarrolló en un inicio en Londres y que se ha ido extendiendo principalmente a mercados como Alemania, Estados Unidos y Suiza. Así, para un mexicano es muy difícil competir con rivales que pesan muchos kilos y tienen una gran experiencia previa en el sector.

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Pero Gil cree que el reaseguro nacional tiene una gran viabilidad. A semejanza del sector asegurador, las compañías mexicanas deben especializarse en segmentos pequeños y muy específicos. Gracias a ello se podrá suscitar el interés por parte de las grandes reaseguradoras internacionales de cara a establecer alianzas estratégicas y así asegurar la supervivencia de la empresa frente a los crecientes monopolios nacionales.

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CUESTIONES DE PESOS
Reaseguradora Istmo opera en el rubro de daños en los ramos de responsabilidad civil y riesgos profesionales, marítimos y transporte, incendio, terremoto y otros riesgos catastróficos, agrícola y de animales, automóviles, crédito y diversos.

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Los principales accionistas son Ramón E. Fernández, Gilberto Vega Núñez, Guillermo Retegg Pool, Beate Pauls Maass y Rigoberto Romo Serna, además de la propia Aseguradora del Istmo. En términos reales, a unos meses de haber iniciado operaciones su porcentaje de mercado ni siquiera podría ser estimado, aunque espera crecer lentamente en los próximos años. “Con un mercado sano y primas sanas el reaseguro es y será un buen negocio”, confía Retegg.

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Para Gil, el capital que se requiere legalmente para abrir una reaseguradora es irrelevante. Sin embargo, por cada peso de prima suscrita, explica, se debe tener una suma igual de capital para respaldarlo. A las reaseguradoras mexicanas se les pide un capital mínimo de $50 millones de dólares o patrimonios por este monto para poder tener acceso a otros mercados.

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“Mientras más reaseguradoras existan, más se reparte el riesgo–dice Retteg, refiriéndose a la competencia–. Eso sí, cada una tendrá un negocio que esté de acuerdo con su capacidad.” Así funciona el negocio y es una forma de mantener clientes cuando no se les puede brindar la cobertura total.

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La ventaja con la que cuenta Istmo para enfrentarse a su competencia, argumenta el funcionario es que, como toda compañía que va iniciando, tiene la posibilidad de empezar desde cero y tomar como referencia los errores de otros. En comparación con Patria y Alianza, reaseguradoras que tienen una infraestructura importante, Istmo inicia operaciones con ocho empleados. Para el año 2003 creen que no superarán los 12 trabajadores, directivos incluidos.

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La carta fuerte con la que jugarán para ir poco a poco integrándose al reaseguro nacional y después internacional radica en optimizar los costos de operación mediante la adquisición de tecnologías de punta. En esto se basarían sus directivos para crear una ventaja competitiva sustentada en minimizar los costos por operación.

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La estrategia planteada para crecer será mediante recapitalizaciones que se efectuarán a través de la reinversión de utilidades. Tampoco se descarta que los socios de Istmo realicen una inyección adicional de capital. “Todo depende de los resultados de este año”, menciona Retegg.

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En cuanto a las perspectivas, el directivo espera que, en un mediano plazo, el mercado madure un poco y se puedan incrementar las primas. Esto implicaría un cese de hostilidades en la guerra de precios que libra el sector asegurador, que causa que algunas empresas vendan coberturas por debajo del riesgo técnico. “Esto, sin lugar a dudas, está impactando negativamente al reaseguro”, dice.

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Rotegg da sus mejores consejos para manejar una compañía como la suya: ser cuidadosos en la suscripción, tratar de conseguir recursos buenos y dejar a otros que asuman el riesgo de malos negocios. Aunque aquí también está la posibilidad de aceptar un mal riesgo, pero con tarifas muy altas que puedan hacer atractiva la suscripción.

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El reaseguro es un negocio acaso tan atractivo y riesgoso como la Bolsa de Valores. Al igual que en el mercado accionario, lo importante no radica en lo que se gana o se pierde un día, por mucho dinero que pueda parecer, sino en el resultado final.

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