Hasta hace poco, la Sultana del Norte carecía de lugares atractivos para tomar café. Sin embargo, de unos años para acá, se han abierto simpáticos locales que logran ambientes agradables pero no ofrecen productos de calidad. Uno que ha logrado combinar ambas cosas es El infinito, que además de servir el mejor capuchino de la ciudad organiza conferencias, conciertos de jazz y ciclos de cine, entre otras actividades.
- La decoración, basada en estanterías con libros, permite al visitante solitario hacer consultas y lecturas y, por supuesto, comprar los ejemplares que hayan despertado su atención.
- Para agradar a los paladares ingleses, la carta tiene también una buena variedad de tés.
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EL INFINITO
Padre Raymundo Jardón 904 oriente.
Barrio Antiguo, Monterrey