Presentado con bombo y platillo en Los Pinos, el Acuerdo de Apoyo Inmediato a los Deudores de la Banca (ADE) es sólo un paquete de alivio temporal. Pero ha llegado en un momento en que miles de personas físicas y morales endeudadas requieren respiración de boca a boca. El ADE, no cabe la menor duda, salvará vidas, pese a que no cura de raíz la enfermedad.
-
La solución se encuentra en la reactivación económica. Sin embargo, dadas las características del programa de choque, iniciado hace poco más de seis meses, los signos positivos de los mercados financieros aún no se consolidan en avances en el campo de la economía real. Por tanto, puede ser peligroso caer en la tentación de abrir la llave, porque el programa de ajuste no ha llegado a su fin, y ese deseo que todos tenemos de retornar al sendero del crecimiento podría desencadenar tasas elevadas de inflación. Como lo señala el boletín Tendencias Económicas y Financieras, la liberación del crédito generaría fuertes presiones sobre el comportamiento de los precios y sobre las propias tasas de interés".
-
La situación es sumamente compleja. El ADE, de hecho, confirma que el programa de ajuste sigue vigente, que la crisis prevalece. Cualquier triunfalismo es reprobable. Y en esto se incluye a quienes han echado las campanas al vuelo con respecto al buen comportamiento de la balanza comercial, ya que están observando la realidad de una manera sesgada.
-
Fuera de algunas cuantas empresas con orientación exportadora, el comportamiento de la balanza comercial refleja básicamente el impacto de la devaluación y la contracción del mercado interno. Por desgracia, estamos bastante lejos de contar con una planta consistentemente exportadora y existe todavía una gran dependencia respecto de la importación de bienes intermedios. El reto, pues, es sustituir con urgencia y eficacia esas importaciones, necesarias para mantener e incrementar las exportaciones. Ahí está el caso de la industria maquiladora, donde sólo 5% de sus insumos son de origen nacional.
-
Lo cierto es que el camino está aún poblado de nubarrones. El ADE afloja las sogas que oprimen el cuello de muchos deudores, pero el problema central, el que tiene paralizada a la economía de este país, sigue vigente.
-
Los editores