La quiebra de AmeriKing, la segunda franquicia más grande del mundo de Burguer King, y el reciente anuncio de la renuncia de Jack Greenberg –CEO mundial de McDonald’s– ante los magros números de la organización, son señales de que la comida rápida está en picada, como consecuencia de una cruenta guerra de precios.
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Pero mientras parece hundirse el Titanic del fast food, en la cubierta se escucha música mexicana. La firma del payasito amarillo acaba de anunciar la apertura de 140 nuevos restaurantes Chipotle Mexican Grill en Estados Unidos (una cadena de texmex que compraron hace dos años), mientras sólo inaugurarán 100 de sus establecimientos tradicionales. La gigante de las hamburguesas le pone chile a sus balances mientras cierra sus filiales en Bolivia, abandona el mercado de Medio Oriente y elimina cerca de 600 empleos fuera de la unión americana.