El Palacio de Bellas Artes aún no existía y la radio no había empezado a sonar cuando varios de estos negocios ya tenían décadas en su haber: son 12 empresas cuyo pasado y presente las ha llevado a ganar más de un párrafo en la historia de México.
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Hoy orgullosamente mexicanas, en sus orígenes la mayoría de estas compañías formaron parte de un nuevo proyecto de vida de quienes, por distintas razones, dejaron su país natal. Españoles, italianos y alemanes crearon negocios que con el tiempo se volvieron inseparables de la vida nacional. Las menos, pero no por ello las de menor importancia, son obra de un mexicano por nacimiento, cuya visión le permitió encontrar un nicho de oportunidad y transformar un pequeño local en un sitio de referencia obligada.
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Lo primero que salta a la mente es que el éxito de su permanencia se debe a que nacieron cuando México era territorio virgen para los empresarios. En parte es así; sin embargo, el adentrarse en su historia permite conocer que han tenido que adaptarse a muchos sones: a los que dictaba la Revolución, a los cambios en la ciudad y en las costumbres de sus habitantes, a los efectos de la Segunda Guerra Mundial, a las crisis económicas y el nacimiento de los centros comerciales, a la llegada de los ambulantes y las marchas.
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Los empresarios de ayer quizá no imaginaron que su obra sobreviviría a sus hijos y a sus nietos. Estas historias son un ejemplo para los hombres y mujeres de negocios del siglo XXI
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Hoy los retos de estas compañías son mantener el peso de la tradición, retener y ampliar mercados, pensar en el relevo generacional y refrendar el compromiso que adquirieron sus fundadores con la clientela.