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Tlaxcala invertir sin miedo

La entidad mantiene un ritmo ascendente, al menos en el sector industrial, y sigue siendo un imán d
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Pequeñito como es, en Tlaxcala las inversiones se sirven con la cuchara grande. Olivetti, Warners, Kimberly Clark, Gatorade, Gress, Porcelanite y Loreto y Peña Pobre, entre otras, están capitalizando el estado con sumas nada despreciables.

- Entre 1993 y 1994, 40 industrias grandes, medianas, pequeñas y micro invirtieron alrededor de $192 millones de dólares y generaron 7,036 nuevos empleos, lo que dada una población ocupada de casi 30,000 personas en el sector industrial, resulta una cifra mis que significativa.

- Pero la gracia de Tlaxcala no parece ser exactamente su tamaño. La entidad ofrece como principal ventaja competitiva su tranquilidad. José Antonio Álvarez Lima, gobernador del estado, no se cansa de enunciarlo: en Tlaxcala no hay violencia, narcotráfico ni guerrilla. Y en el ejercicio del poder, la búsqueda de la eficiencia administrativa se ha dado por caminos paralelos a los de la tolerancia y la pluralidad.

- Parece discurso y ciertamente lo es. Pero junto a la palabra, hay evidencias que saltan a la vista: la supresión del dedazo en la selección de los funcionarios de alto nivel, la negociación de los conflictos, la reorganización de las policías...

- Los primeros cambios en la manera de trabajar se vieron en los meses iniciales de la presente administración, cuando a través de terceros colocaron varios anuncios en distintos periódicos de circulación nacional solicitando gente para una empresa muy importante". Entre los requisitos figuraban ser tlaxcalteca o haber vivido en la entidad, tener experiencia profesional, de preferencia en la iniciativa privada, y disponer de tiempo completo. De las centenas de solicitudes recibidas, 30 fueron contratadas. Algunas declinaron la invitación cuando supieron que aquella "importante empresa" era, ni más ni menos, el gobierno del estado. Pero los que quedaron hoy son altos funcionarios del poder ejecutivo.

- Junto a esto, además, se invitó a colaborar dentro de la administración a militantes de otros partidos, quedando un panista en la Secretaria de Turismo y un perredista como subsecretario.

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- Al mismo tiempo, Zimat, la empresa que dirigen Bruno Newman y Marta Mejía, realizó un perfil de puestos en los altos niveles del poder ejecutivo y en todos los niveles de los aparatos de seguridad y desarrolló una tecnología que permite evaluar al personal en función del puesto que ocupa o va a ocupar y de la responsabilidad que éste implica, y, en caso necesario, reorganizar la estructura (tanto administrativa, como policial), de modo que cada funcionario esté en donde se desempeñe mejor, y se pueda, con esto, lograr un ejercicio más eficiente y limpio del poder.

- También se emitió un decreto ordenando ser tlaxcalteca para ocupar algún puesto en las policías locales y se estipularon mecanismos de ascenso y inmovilidad interna a fin de propiciar mayores niveles de profesionalismo en cada área, eliminando las circunstancias que favorecían la corrupción, el amiguísimo y la discrecionalidad en la asignación de puestos.

- Logros buenos, pero no espectaculares
Todo esto, dice convencido Álvarez Lima, ha contribuido a hacer de Tlaxcala uno de los polos notables de atracción de la inversión. Los logros, empero, no son ejemplares ni espectaculares, o como él mismo lo admite: "Tan sólo diría que son buenos". Para fundamentarlo comparte un par de cifras: datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, por ejemplo, muestran un aumento de casi 5% del número de afiliados entre enero de 1993 y agosto de 94 y datos de la Secretaria de Desarrollo Industrial del estado indican que entre fines de 1993 y fines de 1994 la inversión nueva se multiplicó por poco más de seis, al pasar de $27.5 a $165.2 millones de dólares.

- Es deficiencia de los gobiernos locales y federal, empero, el rezago de las cifras y es este rezago lo que deja a los ciudadanos en la duda, por demás legítima, cuando se habla de progreso. En Tlaxcala, por ejemplo, las cifras más recientes del Producto Interno Bruto son de 1988, las del PIB sectorial son de 1986, y no en todos los casos muestran un ascenso. Medido en pesos de 1980, el PIB total bajó de $33.5 millones en 1985 a $32.1 en 1988, mientras el PIB per capita lo hizo de $51,541 a $44,913 pesos viejos.

- Es un hecho, por ejemplo, que, Warners, la división de Warnaco Inc. dedicada a la confección de ropa intima para dama, invirtió N$ 50 millones de nuevos pesos y está dando empleo a 2,000 trabajadores, mis de la mitad de los cuales son mujeres; que Olivetti Mexicana, con una inversión de N$ 4.2 millones de nuevos pesos, creó 307 nuevos empleos. Y son muchos más los casos.

- No queremos ser parque industrial
Comparado con los capitales que están fluyendo a entidades vecinas como Puebla, estas cifras resultan modestas. Pero eso no importa a Álvarez Lima. "No me interesa ser Puebla o Naucalpan. No queremos ser un parque industrial", dice, y por ello es que en la promoción del estado como playa de inversiones no han querido echar tiros de escopeta.

- Es cierto que los estados, como los países, están cada vez mis inmersos en una feroz competencia por los capitales, pero una cosa es impulsar el desarrollo equilibrado de una entidad y otra muy distinta crecer sin ton ni son, situación que en un estado tan pequeño y parco en recursos naturales -como lo es Tlaxcala- resultaría aún más peligrosa.

- "La estrategia general del gobierno descansa en una concepción muy clara: ofrecer a los empresarios ventajas comparativas para atraer sólo las inversiones que nos resulten convenientes". De lo que se trata es de que "busquemos al máximo la manera de resolver nuestros problemas por nosotros mismos", y no de crear otros, por ejemplo, trayendo capitales en forma indiscriminada, añade de Álvarez Lima.

- Ahora bien, ¿cuáles son esas ventajas? El gobernante no resiste, como no lo resiste casi ningún gobernador del centro de la república, hablar de la ubicación estratégica de la entidad, tan cercana a la ciudad de México ("el mercado más grande del país"), de la red de infraestructura, de la ventanilla única, de la mano de obra, en fin... Pero aunado a esto, el ejecutivo pone énfasis en dos situaciones: la seguridad y la capacidad de gestión gubernamental para hacer aterrizar las inversiones.

- Así como empresarios y funcionarios se dan trato personal para la realización de los proyectos de inversión, del mismo modo a la hora de los conflictos el gobierno ha optado por la negociación directa. Tal ocurrió durante las multitudinarias manifestaciones magisteriales del año pasado, que culminaron con una breve toma de las instalaciones del palacio de gobierno. En vez de reprimir ("no es política de mi gobierno reprimir, porque los manifestantes "no son delincuentes"), se llegó a un acuerdo por el cual el gobierno aportó de su presupuesto local N$ 20 millones de nuevos pesos para resolver diferencias de homologación de sueldos entre profesores estatales y federales.

- El tamaño de la entidad ayuda. Lo que no ayuda tanto, en cambio, es el monto de los dineros. "Los recursos de Tlaxcala no nos alcanzan para ser promotores internacionales por lo que mientras los poblanos pueden arreglárselas para hacer viajes de promoción al extranjero o publicitar su estado con sistemas multimedia, los tlaxcaltecas se las tienen que ingeniar para sacarle el mayor jugo no sólo a sus propios recursos, sino también a las agencias federales que realizan este tipo de actividad, como el Banco Nacional de Comercio Exterior.

- Los resultados, piensa Álvarez Lima, han sido favorables. De cualquier modo, a Tlaxcala le falta un buen trecho por recorrer. Parte de este camino tiene que ver con la participación ciudadana (en las recientes elecciones locales apenas votó la mitad de los electores), y parte con el dinamismo interno de la economía, pues no obstante que el sitio es aún fuerte imán para industrias importadas y no obstante que la micro y la pequeña empresa siguen proliferando, persiste el hueco que significa la ausencia de una clase empresarial, pujante y atrevida. O como lo decía en su momento la ex gobernadora del estado, Beatriz Paredes: en Tlaxcala no existe burguesía. ¿Será ésta la única capaz de jalar el ferrocarril?

- En todo caso, Álvarez Lima no pierde la esperanza. Como quiera, Tlaxcala se ha ganado ya un sitio importante en el mapa del desarrollo nacional.

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