Un reloj diplomático

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En 1928 la casa Jaeger-LeCoultre inventó el Atmos, que obtiene su energía cuando mínimas variaciones en la temperatura ambiental contraen o expanden una espiral que se encuentra dentro de una caja hermética. Esta pieza de altísima relojería es el recuerdo que se llevan de Suiza los famosos y destacados.

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Hay diferentes modelos, como el Elysée, que indica las fases de la luna con una precisión excepcional. El Millenaire Marqueterie, reproduce las obras de Alfons Mucha, representante notable del Art Nouveau. Está hecho para funcionar 1,000 años y viene con maleta, porque calculan que en un milenio el relojito se cambiará de casa unas 30 veces.