Como dramaturgo y como director, a Luis de Tavira nunca le han gustado las cosas sencillas. Por eso, desde el título mismo de su última obra obliga al curioso a acudir al diccionario para consultar qué diablos quiere decir epiqueya. La definición no saca de muchas dudas. Epiqueya –dice el diccionario– es la “interpretación prudente de la ley, tomando en cuenta las circunstancias de tiempo, lugar y persona”.
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Sobre este término, Luis de Tavira, como autor, y Philippe Amand, como director, trazan una comedia de intrigas genial, en la que juegan con el tiempo y con el espacio a su antojo, para crear una historia en la que las manecillas del reloj corren en cualquier sentido, mientras los protagonistas van del presente al pasado, para luego “recordar el futuro”. Suena complicado y lo es, pero al final de esta historia de intriga, luchas de poder y asesinato, cada pieza cae en su lugar para construir un tablero digno de la más clara inteligencia.