¿Cómo conservar una botella de vino?

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El corcho es la parte más débil de una botella,  porque es un organismo vivo que continúa envejeciendo aún después de haber sido arrancado del alcornoque. Poco a poco, entre 10 o 15 años, se va contrayendo el diámetro del tapón hasta que se deforma. Con ello deja pasar el aire, enemigo mortal del vino, que se avinagra y enturbia.

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Pero no hay que alarmarse, porque sólo los vinos con gran potencial de vida –grandes reservas, grands crus, brunellos, barbarescos, barolos, californianos, licorosos, entre otros– pueden guardarse años en una cava. Estos ejemplares se tapan con corchos sometidos a un control de calidad muy meticuloso.

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Hay otras medidas de conservación que contribuyen a una correcta conservación:
Temperatura: entre 10°C y 14°C (mientras más calor, más rápido evoluciona el vino).
Humedad ambiente: entre 70% y 85%.
Colocar en posición horizontal (jereces, madeiras y oportos, de pie).
El vino ama la oscuridad y la paz para desarrollarse en plenitud.
Buena ventilación.
Nunca dejar las botellas en cajas de cartón.
Desde luego, la mejor manera de guardar el vino es en el paladar.